Los madrileños afrontan expectantes este fin de semana ante la posibilidad de que se decrete el toque de queda en la Comunidad de Madrid. Por si acaso, nadie hace planes. Ni siquiera reserva mesa en restaurantes o compra entradas en cines, teatros o salas de espectáculos.
Cabe la posibilidad de que este sábado, a partir de las 22:00, tengan que quedarse en casa, salvo causa justificada, hasta la 6:00 del día siguiente. Y así cíclicamente durante quién sabe cuántos días.
A las 16:00 horas del sábado decae el estado de alarma en los nueve municipios madrileños donde se decretó el pasado 9 de octubre. Nadie sabe qué va a pasar ahora.
Entretanto, Isabel Díaz Ayuso, la presidente regional, no se define, o al menos no hace pública su intención en relación al toque de queda. Como casi todo en el PP, por otra parte, que sólo ayer desveló qué votaría en la moción de censura de Vox.
Ayuso se limita a decir que “lo importante es que la economía no sufra más. Madrid ha puesto sobre la mesa un debate sobre posibles cierres de actividad por horas y ahora es el Gobierno el que tiene que responder”. Vuelve a ser equidistante, o, mejor dicho, cobarde. Vamos, que se pone de perfil, como en la fotografía.
No se moja, pero, eso sí, elimina el término ‘toque de queda’ por sus connotaciones bélicas. El martes, Enrique Ruiz Escudero, el mordaz consejero de Sanidad madrileño, confirmaba que estaban valorando decretar el toque de queda en la región.
Sanidad acoge con interés la idea del toque de queda
Eso sí, aplicable en todo el país. Es decir, el Ejecutivo de Ayuso quiere gobernar España sin ser el Gobierno de la nación. O sea, convertirse en un Gobierno ilegítimo del país. “No lo veo mal, lo estamos estudiando si es una medida para toda España”, dijo el mordaz Escudero.
La propuesta no fue mal acogida por Salvador Illa, ministro de Sanidad, pero el asunto tiene matices. El primero de ellos, que para ello hace falta decretar el estado de alarma, cosa que a los populares les provoca urticaria. Lo segundo, advertido por los expertos, ¿por qué en toda España?
¿Qué sentido tiene decretar el toque de queda en Canarias, por poner un ejemplo, cuando su incidencia acumulada es inferior a 100 por cada 100.000 habitantes?
Además, ¿qué sentido tiene un toque de queda de 00:00 o de 22:00 a 6:00? A esas horas, señalan los que saben de estas cosas, la repercusión es prácticamente nula, sobre todo en los días de diario. A la postre, el Consejo Interterritorial decidió ayer posponer una medida, seguramente necesaria, tan drástica.
Más bien, en su estrategia de enfrentamiento total con el Gobierno de Pedro Sánchez, Ayuso trata de devolver al Ejecutivo central la patata caliente y que sea él quien aplique las medidas restrictivas para, así, volver a acusarlo de atacar a Madrid.
En su línea, la presidente regional repite como un mantra eso de “la salud y la economía van de la mano”. O: “Somos un Gobierno sensato y liberal. No podemos enfrentar la economía con la salud”. Liberal sí, sensato…
Igualmente, en su línea de indefinición, anunciaba que “Madrid plantea un cierre de actividad por horas”. Sólo eso. No aclaró a qué actividades afectaría, durante cuánto tiempo, desde qué momento. Vamos, esas cositas a las que los ciudadanos que nos jugamos las lentejas no damos importancia alguna.
Indefinición en las medidas a tomar
Tan indefinida –no por altura— es Ayuso que pasó de plantear un toque de queda de 00:00 a 6:00 a un cierre de actividad por horas. Por cierto que Cataluña, que en esta ocasión está siendo valiente con Pere Aragonès a la cabeza, ya ha restringido horas y cerrado actividades –bares y restaurantes— sin necesidad del estado de alarma para ello y contando con el aval del tribunal de justicia correspondiente.
No sólo está siendo valiente Cataluña. Lo está siendo Navarra, Aragón y otras Comunidades que sí piensan en la salud de sus ciudadanos y no sólo en la economía. No enfrentan conceptos, priorizan uno de ellos. Son valientes.
Ayuso se escuda en que “queremos mantener las zonas básicas de salud. Si son pobres, que se jodan. Lo que hace falta es ley y orden”. Ya tiene la ley. Sólo le falta poner el orden, sobre todo en sus prioridades.
Limitar la movilidad a partir de las 00 horas es una gilipollez.