“China y sus intereses”, por Alfredo Liébana Collado.

Alfredo Liébana Collado.

Después de asistir a la charla en el Ateneo madrileño de una nueva agrupación, denominada GAMAN, dedicada al estudio de las culturas orientales, me he sentido motivado para compartir estas reflexiones sobre las complejas relaciones de China con el mundo y de éste con China.

Dentro de un ciclo con motivo del 50 aniversario de las relaciones España-China, la intervención más clarividente fue la de la periodista Georgina Higueras que explicó la geopolítica del momento desgranado los intereses de los actores esenciales, Europa, EE.UU, Rusia y China, aunque existan otros de gran importancia en el mundo asiático como Japón y sobre todo la India como potencia emergente.

El conflicto bélico que nos preocupa a los europeos, la guerra de Ucrania con Rusia, es el resultado de la invasión rusa con el objetivo de apropiarse de una parte del territorio ucraniano, lo que ha implicado a una parte importante del mundo en un proceso para frenar las ansias expansionistas de Putin.

La segunda guerra mundial empezó de un modo parecido, con el pretexto de que determinados territorios hablaban alemán se justificaba la expansión germana para construir la gran Alemania. Dependiendo del período histórico que interesadamente se elija, raíces históricas en la zona centroeuropea las hay en todas direcciones ya que se han sucedido invasiones y reordenación en muchos países; pero en este momento existen unas reglas de convivencia para respetar las fronteras y para que los conflictos de tipo económico y político se desarrollen en otros planos y se discutan en las Naciones Unidas.

“La invasión de Putin” como se la califica, al ser un acto autocrático, parte de un afán expansionista sostenido por unos medios económicos vinculados al sector energético que ha cogido con el pie cambiado a Alemania, el gran motor europeo, y a todos los socios europeos que están en un proceso de integración económica y política muy débil, con infraestructuras energéticas contradictorias y con unas reglas internas muy rígidas que dificultan la toma de decisiones.

¿Qué papel juega China? Es un país que ha tenido un crecimiento espectacular fundamentado  en algunas variables esenciales: reducción drástica de su crecimiento de población y fuerte crecimiento económico basado en mano de obra barata, lo que le ha permitido convertirse en la fábrica del mundo, aunque haya obtenido la tecnología de todos aquellos que fabricaban en su país. Ahora China tiene una gran cantidad de dinero que utiliza para exportar sus empresas a la conquista de África y Sudamérica y además de obtener allí materias primas, construir fábricas utilizando la mano de obra de estos países realizando así una política comercial expansionista.

Respecto al conflicto de Ucrania, China no interviene directamente, pero vende armas a Rusia, se integra económicamente con ella, aprovechando su interés en vender el gas que ya no vende a Europa y, en definitiva, hace un gran negocio al aprovecharse de la situación.

¿Qué hace EE.UU.? Política militar, como socio mayoritario de la OTAN, interviniendo con material, pero sin hacerlo directamente, y sosteniendo un conflicto que evite una victoria de Rusia, para frenar sus impulsos expansionistas. Aunque con un coste económico y humano brutal, del que las empresas de armamento americanas sacarán enormes beneficios y los ucranianos un sufrimiento superlativo.

¿Qué hacen los europeos? Sin salida alguna, obligados por las circunstancias, apoyan a Ucrania con sus medios materiales, aumentando sus propios gastos de defensa y asumiendo graves pérdidas económicas. Sin embargo, están demostrando que, ante situaciones excepcionales, los gobiernos de los países, el Parlamento y la Comisión de la UE pueden actuar con una eficacia sorprendente, a pesar de la compleja situación política en muchos de los países miembros, con elecciones periódicas que dificultan la toma de decisiones en circunstancias tan delicadas.

En la conferencia, otros intervinientes analizaron las consecuencias para el comercio que se produjeron debido a las tajantes medidas de confinamiento adoptadas ante la epidemia por el gobierno chino. Javier Serra, consejero comercial del anterior gobierno español en China, mantuvo la tesis de la urgente necesidad de recuperación de las relaciones comerciales sea cual sea la política china; al tiempo que Estela Li y Lisa Wang, las dos representantes chinas en la mesa, afirmaron el deseo de mantener unas relaciones similares a las que habían empezado a ser significativas en el último período.

Algunos analistas como Juan Antonio Sacaluga indican que China apoya a Rusia solo de forma teórica, mientras otros afirman que lo harán para facilitar armas a Rusia, pero esto último la obligaría a definirse y a implicarse en el debilitamiento económico de Europa, uno de sus principales compradores. Además, hay que tener presente que China es económicamente 20 veces superior a Rusia, aunque su peso militar sea parejo; pero el poder de Rusia se basa sobre todo en la disuasión nuclear, algo que no puede ejercer sin provocar un conflicto generalizado. Las relaciones comerciales entre ellos están muy desequilibradas a favor de China, nueve veces superior, y además es en materias de poco valor añadido como materias primas y gas.

La posición de EE.UU parece que va a traducirse en una posición proteccionista en lo económico para recuperar terreno en las relaciones comerciales. Por otro lado, Taiwán ha resucitado como causa de enfrentamiento con China, avivándose un posible conflicto con ánimo de debilitar su posición hegemónica emergente. Pero EE.UU tiene un mayor poder en el terreno de la defensa (unos 773 mil millones de dólares de presupuesto), que se corresponde con un tercio del gasto militar en el conjunto del mundo.

India es un país con un peso creciente en las relaciones internacionales, con una presencia en el terreno militar superior al Reino Unido y Rusia, dispone de la bomba atómica, con un peso económico del 7,5 % del PIB, la mitad ya de Europa, y 2,5 veces superior a Rusia. Es la cuarta economía mundial, con una población de 1400 millones de habitantes, 4,2 veces superior a EE. UU y similar a la de China. Su posición en el conflicto es claramente moderadora para poder aumentar su peso en el mundo.

El resto del tablero lo forman Centroamérica y Sudamérica, con gobiernos progresistas en muchos países deseando independizarse de la excesiva influencia de EE. UU; y África, con un peso demográfico creciente, pero donde China quiere jugar una influencia cada vez mayor y Europa no ha dejado nunca de ser un actor esencial.

Ante esta situación tan compleja solo cabe desear un enfriamiento paulatino de la situación bélica que permita recuperar el equilibrio que, inevitablemente, va a transformarse en el complicado juego de contrapesos de un mundo multipolar.

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