Esta vez no hubo sorpresas por parte de Junts y la Ley de Amnistía salió adelante en la votación del Pleno del Congreso de este jueves.
La norma necesitaba mayoría absoluta, 176 votos, cifra que se superó, hasta los 178. Concretamente, los votos de PSOE y Sumar, así como del resto de los socios del Gobierno: ERC, Junts, Bildu, PNV, Podemos y BNG, además de José Luis Ábalos, ahora en el Grupo Mixto.
En contra, 172, los votos de PP, Vox, Coalición Canaria y UPN.
Por tanto, la Ley de Amnistía pasa el trámite parlamentario después de que tuviera que volver a la Comisión de Justicia.
En concreto, la Cámara Baja la devolvió el 6 de febrero después de que Junts, la extrema derecha y la derecha extrema unieran sus votos.
La semana pasada, la Comisión emitió un nuevo dictamen aprobando la norma con la enmienda que PSOE y los independentistas pactaron.
No habría habido más oportunidades y, de no salir aprobada este jueves, la ley tendría que haber iniciado todo el proceso parlamentario.
Una vez con luz verde, la norma pasará al Senado, donde la mayoría absoluta del PP la ralentizará todo lo que pueda.
Los populares apurarán el plazo máximo que permite la Constitución –dos meses-, pero con la Semana Santa de por medio, la Ley de Amnistía no entrará en vigor, seguramente, antes de finales de mayo.
Por otro lado, si hay dudas en su aplicación, una vez que quede aprobada definitivamente, los jueces podrán consultar al Tribunal de Garantías. Incluso, al Tribunal de Justicia de la UE (TJUE).
De ser así, se frenarían los perdones a los casos de los que se esté consultando.
Asimismo, podrán plantear cuestiones de inconstitucionalidad ante el Constitucional. De igual modo, el caso concreto quedaría detenido hasta que el tribunal resuelva.
Además, los jueces podrán plantear ante el TJUE cuestiones prejudiciales si consideran que la Ley de Amnistía contraviene la normativa europea.
Como en los supuestos anteriores, el perdón concreto quedaría congelado hasta la respuesta del tribunal comunitario.