Arranca una nueva ronda de conversaciones para recoger propuestas que ayuden a reducir el consumo de gas cara al diseño del Plan de Contingencia.
El Gobierno debe enviar a la Comisión Europea el conjunto de medidas que se adoptarán para ahorrar gas.
Para ello, Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, hablará con los principales agentes sectoriales, sociales, políticos y sociedad civil.
Así, este viernes se reunió con Arturo Gonzalo Aizpiri, consejero delegado de Enagás.
Y es que el Ejecutivo tiene que remitir a Bruselas el Plan de Contingencia español. Se enmarca en la estrategia comunitaria para hacer frente al impacto de la guerra en Ucrania.
Precisamente, esta nueva ronda arranca un día después de que el Congreso validara el decreto de ahorro energético.
Un conjunto de medidas que, finalmente, se tramitará como proyecto de ley para incluir algunas enmiendas que reclaman los socios de Gobierno.
No obstante, el decreto se seguirá aplicando aunque se tramite como proyecto de ley.
En él se incluye el primer paquete de medidas de ahorro energético cuyo objetivo es cumplir con la reducción voluntaria del consumo de gas.
Además, contempla ayudas para fomentar el transporte público, como los abonos gratuitos de Cercanías, Rodalíes y Media Distancia desde setiembre hasta final de año.
Precisamente, el Plan de Contingencia completará estas primeras medidas de ahorro energético.
Entre estas disposiciones, la limitación de las temperaturas de calefacción y refrigeración a diecinueve y 27°C, respectivamente en edificios de las administraciones públicas.
También en establecimientos comerciales, como grandes almacenes o centros comerciales, espacios culturales e infraestructuras de transporte como estaciones ferroviarias, de autobús o aeropuertos.
Además, es obligatorio apagar las luces de escaparates y edificios públicos desocupados a partir de las 22:00 horas.
Asimismo, antes del 30 de setiembre todo edificio público y comercial, así como locales tendrán que contar con cierres automáticos en las puertas de acceso.
Sin embargo, la norma ha dejado fuera, inicialmente, a hospitales, centros educativos, gimnasios, peluquerías o las cocinas de los restaurantes.