Una guerra como la que se está librando en Ucrania tiene consecuencias económicas para el país sancionado, Rusia, pero también para el bloque sancionador.
Este miércoles, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, avisaba de que las sanciones y la situación bélica en general supondrían esfuerzos para los ciudadanos.
Así, los precios energéticos se han disparado. Si ya antes nos encontrábamos ante una escalada, ahora se ha desbocado.
Una de esas consecuencias de la guerra en Ucrania es la subida imparable del petróleo, el gas y la electricidad. Hace poco más de una semana, el barril de petróleo calidad Brent superaba los 100 dólares. Desde entonces no ha bajado de esa franja. Tampoco el barril West Texas Intermediate.
El primero, de referencia en Europa, marcaba un máximo de 119,72 dólares por barril, para luego relajarse hasta los 113,22.
Supone un alza de un 0,257% respecto a la jornada anterior, lo que da idea de a qué nivel se lleva moviendo en los últimos siete días.
De hecho, arrancó en 115,01 dólares el barril, como cerró el miércoles, aunque cayó transitoriamente hasta los 109,40 alrededor de las 15:00 horas.
Al cierre de estas líneas, la cotización del West Texas Intermediate, de referencia en Estados Unidos, seguía su curso.
A la apertura, se intercambiaba en 171,72 dólares por barril, llegando a alcanzar los 172,60 y relajándose hasta los 169,31. En el momento de cerrar esta información, su cotización se situaba en los 170,40 dólares.
Las consecuencias no paran ahí
La consecuencia inmediata es el aumento de los precios de la gasolina y el gasóleo, alcanzando su quinto máximo consecutivo. De hecho, ambos combustibles han encadenado esta semana nueve subidas consecutivas.
Las alzas venían ya de antes de que tuviéramos que asumir las consecuencias de la guerra en Ucrania. El gasóleo lleva acumulado en lo que va de año un 11% de subida, por el 8,7% de la gasolina.
Así, el precio medio del litro de este último ha marcado esta semana los 1,608 euros, un 1% más caro que hace una semana.
Del mismo modo se comporta el diesel, cuyo precio medio por litro se sitúa en 1,496 euros, un 1,15% más que hace siete días.
Por tanto, un depósito medio lleno de gasolina de 55 litros supone un desembolso de unos 88,44 euros. Es, más o menos, 17,9 euros más caro que hace doce meses.
Asimismo, para llenar un depósito medio de gasóleo necesitamos uno 82,28 euros. Es decir, alrededor de 18,2 euros más que en la misma semana del pasado año.