Djokovic, deportado

Djokovic, deportado

El tenista serbio Novak Djokovic ha perdido su último punto, el set y el partido en su pugna con las autoridades australianas. El Tribunal Federal de Australia ha rechazado su apelación y será deportado.

Finalmente, los argumentos esgrimidos por el Gobierno australiano señalando al número uno del tenis mundial como una amenaza para la salud pública han valido para que James Allsop, magistrado jefe del tribunal, dictara sentencia.

Un veredicto que ha obtenido unanimidad por parte de los tres jueces de esta Corte.

Por tanto, Djokovic no podrá defender su título en el Open de Australia del que es nueve veces campeón. Incluso, podría recibir una sentencia mayor y prohibirle la entrada al país durante los próximos tres años.

El tenista serbio paso la última noche en el Park Hotel de Melbourne, una suerte de centro de detención de inmigrantes. Su puesto en el torneo de tenis lo ocupará Salvatore Caruso en el encuentro que le enfrentará este lunes a Miomir Kecmanovic.

Todo comenzó cuando el tenista de Belgrado llegó a territorio australiano. Aunque había pasado la Covid en diciembre, no se había vacunado, condición indispensable para entrar en Australia.

Por ese motivo, la Fuerza Fronteriza Australiana, siguiendo instrucciones de Inmigración, canceló su visado, pese a contar con una exención médica. El tenista tuvo que quedar recluido en el citado hotel a la espera de cómo se resolvía su primera apelación.

Djokovic ganó una primera apelación

A partir de ahí empezó un culebrón que llega a su fin este domingo con la expulsión de Djokovic del país austral.

Entre medias, el juez Anthony Kelly le había dejado en libertad y ordenado que se le devolvieran todas sus pertenencias. Podía entrar en el país. Sin embargo, Alex Hawke, ministro de Inmigración, volvió a cancelar su visado y Djokovic fue arrestado.

De nuevo, el número uno del tenis mundial volvió a apelar y la resolución del Tribunal ya no deja lugar a dudas. El tenista serbio debía abandonar Australia.

Las autoridades australianas afrontaban una difícil situación, con una de las leyes de inmigración más restrictivas pero ante una figura mediática enorme.

En juego estaba el prestigio y la credibilidad del Gobierno de Australia, muy contestado por sus propios ciudadanos por su política migratoria. Especialmente, ante la pandemia.

Si se permitía la entrada del tenista, no sólo sería una victoria antivacuna, sino una pérdida absoluta de confianza por parte de los australianos.

Así, el número uno del tenis mundial ya ha abandonado el país con destino a Dubái, ha confirmado Hawke. Con todo, ha declarado sentirse decepcionado, pero ha mostrado su respeto al fallo de la Corte.

Asimismo, había asegurado que cooperaría con las autoridades pertinentes en relación con mi salida del país. Al tiempo, deseó “a los jugadores, oficiales del torneo, personal, voluntarios y aficionados todo lo mejor para el torneo”.

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