Por su “valor terapéutico y emocional” para el alumnado, Isabel Celaá, ministra de Educación y Formación Profesional, ha propuesto reabrir las aulas en junio. Así lo ha manifestado en una entrevista en Catalunya Ràdio, en la que ha defendido esta reapertura para potenciar la interacción entre alumnos y profesores.
A su entender, “los alumnos y alumnas han visto muy alterado su curso escolar en 24 horas”, por lo que ve conveniente volver a abrir las aulas. “La educación presencial es insustituible. Hemos pretendido recuperarla en la medida de lo posible”.
Con todo, ha advertido de la posibilidad de un rebrote en septiembre. Por ello, trabajan en un plan de contingencia. No contempla, en cambio, alargar el curso durante el verano. Con esto se persigue “aportar una máxima normalidad” al sistema, además de dar descanso a alumnos y profesores.
Celaá señaló, respecto a la distribución del alumnado en las clases, que se deberán “reutilizar otros espacios de los centros y extender a los alumnos”. Así, se dará uso a toda la escuela, utilizando espacios como la biblioteca, el comedor y la clase de informática.
En ese sentido, afirmó que son “conscientes de que los alumnos de infantil y primaria los tenemos que priorizar en los espacios físicos”. Además de esto, confirmó el trabajo en la mejora de la conexión digital del alumnado y el profesorado. Se persigue poder impartir las clases estén donde estén en el nuevo curso.
El pasado 15 de abril, la conferencia sectorial de Educación entre el Gobierno y las Comunidades Autónomas consensuó el fin del curso educativo. No obstante, algunos gobiernos regionales rompieron ese acuerdo y se negaron a firmar el documento salido de ese encuentro.
No ha tenido ese problema Manuel Castells, ministro de Universidades, que el pasado 3 de abril dio por concluidas las clases presenciales en las Facultades. A pesar de ello, las Universidades tienen autonomía en ese aspecto.