Cuando todavía sigue abierta la mayor crisis diplomática entre España y Marruecos, Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, abandonó nuestro país en la madrugada de ayer en un avión diplomático argelino.
Rabat ya admite sin ningún tipo de matices que el detonante de la crisis es la postura de España sobre el Sáhara Occidental. Sin embargo, la presencia del líder polisario en Logroño sirvió de excusa al reino alauí para abrir su lado la frontera y dejar pasar a miles de migrantes a Ceuta.
En esta ocasión, “las autoridades marroquíes, a través de los cauces diplomáticos, han sido informadas de la salida de Ghali de España”, señalan desde Exteriores.
España no informó a Marruecos del traslado de Brahim Ghali a España para que se le tratara por su contagio de coronavirus. El Gobierno español consideró que no tenía obligación alguna de hacerlo al tratarse de una decisión que afecta a un país tercero, Argelia.
Aquello se interpretó muy negativamente en Rabat. Llegó a mentir acerca de las circunstancias en que llegó el líder del Polisario a territorio español.
Brahim Ghali compareció ante la Audiencia Nacional
Por otro lado, Ghali tuvo que comparecer ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz por videoconferencia. El magistrado no consideró, en dos ocasiones, que debía retenerle, por lo que el líder del Polisario tomó rumbo a Argelia.
De hecho, no impuso medidas cautelares, sino que dictó la plena libertad de movimientos de Ghali. Tal es así que hubo un primer intento de recogerlo en territorio español por parte de Argelia, pero el vuelo fletado al efecto tuvo que regresar.
No disponía de los premisos pertinentes para permanecer en el espacio aéreo español al estar a la espera de la decisión del juez Pedraz. El magistrado se apoyó, asmismo, en el criterio de la Fiscalía, que solo pidió que Ghali facilitara un teléfono y un domicilio en España.
Tras rechazar por segunda vez la imposición de medidas cautelares y la retirada del pasaporte, el líder del Polisario partió de Pamplona rumbo a Argelia.