Novena noche consecutiva de protestas y violencia vivida en Estados Unidos por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de policías en Minneapolis. En esta ocasión los enfrentamientos más destacados se han visto en el centro de Brooklyn. Allí, cientos de manifestantes se dirigían hacia la Plaza Cadman, al Palacio de Justicia.
En cambio, llegó un punto en el que no pudieron seguir avanzando por la presencia de agentes de policía. Algunos de los manifestantes se dieron la vuelta, pero otros rodearon un vehículo policial con gran violencia. Ahí es cuando comenzaron los choques entre manifestantes y Policía.
Los agentes practicaron 90 detenciones, según un comunicado policial de la ciudad de Nueva York. Se trata, no obstante, de una cifra mucho menor que la de la noche anterior. Entonces se detuvo a 280 personas.
Terrance Monahan, jefe del Departamento de la Policía neoyorquina, ha señalado que esta última jornada de protestas ha sido bastante pacífica y sin saqueos.
Así, las fuerzas de seguridad han permitido que las personas continuaran manifestándose aunque había entrado el toque de queda en la ciudad. El mando policial ha subrayado la diferencia entre las protestas pacíficas y aquellas en las que hay violencia.
Es más, alegó que la Policía “es una con los manifestantes”. “Estamos ahí fuera por una causa justificada, pero no con la gente que quiere causar caos en nuestra ciudad”, añadió.
En otras ciudades estadounidenses también se han registrado movilizaciones pacíficas. Es el caso de urbes como Atlanta, Los Ángeles, Filadelfia, Saint Charles, Seattle o Washington.
Eric Garcetti, alcalde de Los Ángeles, se está planteando levantar el toque de queda impuesto desde hace cuatro noches para frenar las movilizaciones. Por lo pronto, anoche entró en vigor a las 21:00 hora local en vez de a las 18:00.
Con todo, la muerte de Floyd ha desatado una oleada de indignación con protestas multitudinarias en todo el país. Un total de 26 estados, más de la mitad de Estados Unidos, ha movilizado a la Guardia Nacional.