Polonia decidió finalmente cerrar la frontera con Bielorrusia ante la llegada de centenares de migrantes a los pasos fronterizos. Sin embargo, ello no ha impedido que, según informa la Policía polaca, medio centenar de personas haya atravesado una barrera de protección.
Así, a última hora de este sábado un grupo integrado por cincuenta personas entró en territorio de Polonia cerca del municipio de Dubicze Cerkiewne.
Las fuerzas de seguridad han detenido por ahora a 22 de esos migrantes, siendo todos ellos de nacionalidad iraquí.
Asimismo, la Policía consiguió repeler otro intento en las inmediaciones de la localidad de Kolonia Klukowicze. Lo migrantes arrojaron piedras a los agentes, resultando herido grave uno de los policías.
Además, se ha detenido a otras cuatro personas, dos de ellas de nacionalidad georgiana, una siria y un polaco. Trasportaban a trece migrantes.
Se trata de un episodio más de la creciente tensión entre la Unión Europea y Bielorrusia. Según Bruselas, se debe a la represalia del régimen de Alexander Lukashenko, presidente bielorruso, por las sanciones impuestas por el Ejecutivo comunitario.
Éstas se enmarcan en la negativa de la UE a reconocer los resultados de las últimas elecciones del año pasado, que Bruselas considera fraudulentas.
En ellas, Lukashenko cosechó un sospechoso 80% de los votos, como denuncian los opositores y las protestas posteriores de la población.
Pese a la situación en la frontera de Polonia con Bielorrusia, el presidente bielorruso ha negado que haya facilitado la acumulación de migrantes. De eso, precisamente, lo acusan las autoridades europeas, que sostienen que está llevando a cabo una “guerra híbrida”.
La situación sanitaria va a peor en la frontera con Polonia
Entretanto, empeora la situación sanitaria mientras cientos de migrantes pasan la noche a la intemperie soportando muy bajas temperaturas. Se protegen con apenas unas tiendas de campaña, muchas ellas improvisadas. De hecho, ya han fallecido once personas desde que comenzó la crisis migratoria.
Por otro lado, y en línea con lo que defiende Bruselas, Reino Unido cree que Lukashenko utiliza a los migrantes como presión a la UE. En ese sentido, Liz Truss, jefa de la diplomacia británica, califica lo que se vive en la frontera como una “crisis vergonzosa”.
Además, responsabiliza de ello a Rusia. “Tiene una clara responsabilidad aquí, deben presionar a las autoridades bielorrusas para que pongan fin a la crisis y entablen un diálogo”, asegura.
A ese respecto, la titular del Foreing Office señaló en un artículo en The Sunday Telegraph que “Reino Unido no mirará hacia otro lado”.
“Estaremos junto a nuestros aliados en la región. No solo del lado de Polonia, que soporta el peso de esta vergonzosa crisis, sino también de otros miembros del Grupo de Visegrado. Y nuestros amigos del Báltico y Ucrania”, avisó.