La segunda fase de la reforma de las pensiones que plantea el Gobierno también afecta al Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI).
Un sistema por el cual se va llenando el Fondo de Reserva, la llamada ‘hucha de las pensiones’ y cuyo único objetivo es ése. Asimismo, sólo puede destinarse para cubrir pensiones contributivas.
Actualmente, es del 0,6% e irá subiendo de décima en décima cada año, hasta alcanzar el 1,2% en 2029. A partir de ahí, el borrador de la reforma establece que el MEI se mantendrá en ese porcentaje, asumiendo el 1% la empresa y el 0,2%, el trabajador.
Además, este sobrecoste no puede bonificarse, reducirse, ser objeto de exención o deducción alguna. Tampoco de disminución por aplicar coeficientes correctores.
Asimismo, el borrador señala que, desde2033, los PGE marcarán en cada ejercicio en términos de porcentaje del PIB el desembolso anual que hará el Fondo.
Con todo, habrá un límite máximo por ejercicio del periodo 2033-2053. Concretamente como se refleja en el siguiente cuadro, siempre en términos del PIB.
Por otro lado, también para mejorar los ingresos, además del MEI, el Gobierno plantea crear o extender una ‘cuota de solidaridad’.
Esta figura ya existe, pero no se aplica sobre la parte del salario que actualmente no cotiza por superar la base máxima de cotización.
Si finalmente sale adelante esta reforma, el porcentaje de esa ‘cuota’ sería del 1% en 2025, aumentando a un ritmo de 0,25% anual hasta el 6% en 2045. De ella, el 5% es a cargo de la empresa y el 1% a cargo del trabajador.
De otra parte, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) hará público y remitirá al Ejecutivo un informe trienal desde marzo de 2025.
Dicho informe será sobre la evolución con sus proyecciones del impacto estimado de las medidas adoptadas desde 2020 para mejorar los ingresos de 2022-2050.
Deberá calcular el impacto medio anual de las medidas en porcentaje PIB, empleando los supuestos macroeconómicos y demográficos del último Informe de Envejecimiento. El que ha publicado la Comisión Europea.
En definitiva, su misión es vigilar para que no se dispare el gasto en pensiones.