Feijóo habla de “anomalía” si el PSOE no le deja gobernar

Feijóo habla de “anomalía” si el PSOE no le deja gobernar

“La anomalía de que en España no pudiese gobernar el partido más votado solo tiene como alternativa el bloqueo”, ha dicho a los suyos Alberto Núñez Feijóo, líder del PP.

De hecho, ha pedido “formalmente que nadie tenga la tentación de volver a bloquear España. Creo que es una petición legítima, democrática e imprescindible”, aseguró el jefe de los populares.

Sin embargo, parece que Feijóo selecciona por su cuenta lo que es una “anomalía” en función de sus intereses. Porque esa “anomalía” se ha producido en un centenar de ayuntamientos donde la lista del PP no fue la más votada.

También, en dos comunidades autónomas, donde ganó el PSOE, como son Extremadura y Canarias.

Los resultados electorales han dado al traste con las expectativas de Feijóo de gobernar en España. Sí, España se ha teñido de azul, pero, se mire como se mire, el PP no podrá formar un Ejecutivo.

Y es que, precisamente, la aritmética parlamentaria, que es tan democrática y legítima como otros sistemas, permite lo que él llama “anomalía”.

Para Feijóo hay que haber ganado para ir a Bruselas

No obstante, el líder popular llega a decir que no se puede ir a Bruselas con esa “anomalía”. Para él, son sus palabras, es “importante que, cuando te reúnes con el presidente de la república francesa o con el canciller alemán, o con el primer ministro sueco, te reúnas porque has ganado las elecciones”.

De no ser así, “empiezas a devaluar la democracia española y al final todo empieza a ir de forma decadente”, ahí es nada.

Claro, lo más probable es que María Guardiola, la jefa del Gobierno de Extremadura, no se reúna con el primer ministro sueco.

En cambio, anomalía es una anomalía, si aplicamos estrictamente los argumentos que esgrime Feijóo, y también se devalúa la democracia.

En cuatro países de la UE hay “anomalías”

Pero es más, Ulf Kristersson, el primer ministro de Suecia al que hizo referencia, no fue el más votado. De hecho, sólo logró el 19% de los sufragios, mientras los socialdemócratas, los ganadores, cosecharon el 30%.

Aun así, Kristersson gobierna gracias a los pactos, tan democráticos y legítimos como que gobierne la lista más votada.

Y ahí no acaba la cosa. La “anomalía” se reproduce en otros tres países de la Unión Europea, sin ir más lejos: Bélgica, Irlanda y Luxemburgo.

Tal es así que Alexander De Croo, primer ministro belga, quedó quinto y Leo Varadkar, que quedó tercero, está al frente del Gobierno irlandés. Lo mismo ocurre con Xavier Bettel, que también fue tercero, para presidir el Ejecutivo luxemburgués.

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