Extremadura: la palabra de Guardiola no vale nada

El PP de Extremadura y Vox han sellado un acuerdo para hacer a María Guardiola, candidata popular, nueva presidente de la región.

Asimismo, la formación de ultraderecha se hará cargo de la consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural.

De este modo, queda demostrado que la palabra de Guardiola no vale nada. Apenas hace diez días, aseguró que no formaría un gobierno de coalición con Vox. Incluso, se inclinaba a repetir las elecciones.

Una semana después, pedía tiempo para negociar con el partido de Santiago Abascal y suavizaba su mensaje.

Pasaba de un contundente (aparentemente) mensaje afirmando que no gobernaría con una formación que niega la violencia de género a asegurar que Vox es un partido constitucional y que quería llegar a un acuerdo con él. Pedía tiempo para negociar.

Está claro que ha aprovechado al máximo la negociación y también que ha cedido al chantaje de la ultraderecha.

Entretanto, el PP destaca que ambas formaciones “han asumido así la responsabilidad de dotar a la región de un gobierno estable y con una hoja de ruta clara para poner fin a las políticas socialistas que han lastrado el desarrollo de Extremadura”.

Según dicen en un comunicado, centraron sus esfuerzos en los puntos comunes y tratar las preocupaciones compartidas.

Así, han firmado un acuerdo programático incluyendo 60 medidas para “garantizar un gobierno del cambio”.

Con ello pretenden, según el texto, revertir “las consecuencias de la inercia política del PSOE en los últimos años” en Extremadura.

Además, señalan que las medidas “están centradas en las prioridades de las familias extremeñas, y en combatir el paro, la pobreza, la falta de oportunidades y la despoblación”.

Incidencia directa en los presupuestos de Extremadura

Una medidas que tendrán “repercusión directa” en los presupuestos extremeños en cada ejercicio.

Entretanto, Guardiola trata de justificar el acuerdo al decir que antepone el “interés de los extremeños” a su propia palabra. Una palabra, por cierto, que ya no vale nada.

Mientras, Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, reivindica la palabra en la política. A su vez, el pacto en Extremadura desdice su valoración para justificar que el acuerdo no podía ser igual que el de la Comunidad Valenciana.

En esta última región, la ultraderecha logró el 12% de los votos, lo que, para Feijóo, era suficiente para entrar en el Gobierno regional.

Sin embargo, en la comunidad de Guardiola, donde ganó el PSOE, Vox cosechó un 8%, lo que justificaba que no entrara en el Ejecutivo. ¿En qué quedamos?

Al final, se trataba de un laboratorio. Guardiola echó un pulso a Génova y perdió, no sólo la ‘batalla’, sino también la credibilidad y la palabra.