Se da por hecho que Fernando Abril-Martorell, presidente de Indra, no continuará en el cargo cuando este año finalice su mandato. Puede que antes. Y es que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) tiene especial interés en relevarlo en la presidencia.
La SEPI es el principal accionista de la tecnológica, con un 18%, y cuenta con dos consejeros en el consejo de administración. Quiere, con el relevo de Abril-Martorell, iniciar una nueva etapa con alguien nuevo liderando la compañía.
Así se lo ha trasladado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), si bien aún no se ha tomado una decisión. Sin embargo, según fuentes conocedoras han revelado a Europa Press, el asunto se abordará en una reunión que se celebra hoy.
El actual presidente lleva al frente de Indra desde 2015 y su mandato expira este año. La SEPI propone su relevo enmarcándolo en el proceso de preparación de la convocatoria de la próxima junta general ordinaria de la compañía. Se ha retrasado hasta el 30 de junio.
“Se abre una nueva etapa llena de oportunidades en sectores clave para el país que por su alto contenido tecnológico pueden contribuir en primera línea a la reactivación económica”, señalan fuentes de SEPI.
Fuentes sindicales, además, dan por seguro que el Gobierno ha decidido relevar a Abril-Martorell para cambiar la gestión de Indra. En la tecnológica conviven en el accionariado Corporación Financiera Alba (9,9%), Fidelity (9,8%), Norges Bank y T Rowe Price Associates. Estas últimas detentan alrededor del 3% cada una.
Las acciones de Indra se han desplomado hasta algo más del 8% tras conocerse la noticia. Ha sido el valor que ha sufrido una mayor caída en el Ibex.
Durante el mandato de Abril-Martorell se impulsó internacionalmente a la compañía y se apostó por la prestación de servicios digitales. En ese sentido, Indra compró Tecnocom y la firma de ciberseguridad SIA. Además, se creó Minsait, una filial asociada a esta materia.
Uno de sus grandes logros fue equiparar el peso de la industria española al de Francia y Alemania en la coordinación del nuevo sistema de combate aéreo de la Unión Europea.
Sin embargo, fracasó en la adquisición del fabricante de motores de aeronaves ITP Aero, lo que habría transformado a la compañía.