“Un rescate en toda regla” es como calificó en la mañana de ayer Pablo Casado, presidente del PP, el acuerdo por el que España recibirá 140.000 millones de euros del Fondo de Recuperación post Covid.
Fue en la sesión de control al Gobierno, en la que Pedro Sánchez, jefe del Ejecutivo, fue recibido con aplausos. Eso sí, sólo desde la bancada socialista y de Unidas Podemos, puestos en pie.
En un discurso lleno de contradicciones, el líder popular ha pedido a Sánchez “un poco más de humildad”. A renglón seguido se atribuyó la paternidad del acuerdo europeo. Fue entonces cuando reprochó al presidente del Gobierno que el acuerdo logrado se trata de un “rescate en toda regla”. Que se aclare.
Con todo, cree que “el acuerdo es bueno porque es una enmienda a la totalidad” a los pactos de coalición a investidura. “Ahora tendrá que elegir entre cumplir con Europa o con sus socios”, avisó, en referencia a Unidas Podemos, PNV, ERC.
No contento con eso, Casado reprochó, en su enfrentamiento con Sánchez, que “España no está para ceremonias de autobombo”. Respondía, así, tanto al recibimiento al jefe del Ejecutivo como a que Sánchez calificara el acuerdo como satisfactorio en un 95% para España.
Es más, señaló al presidente como un “convidado de piedra”. Reivindicó que el acuerdo es “bueno” porque “tres mujeres compañeras del PPE” han defendido los intereses de España. Aludía, de este modo, al papel jugado por Angela Merkel, canciller alemana, Ursula von der Leyen, la presidente de la Comisión Europea, y Christine Lagarde, del BCE.
Siguiendo esa línea de confrontación, criticó que Sánchez dijo, hace un mes, que lograría un billón y medio de euros “sin condiciones”. En cambio, ha regresado España con “un programa de rescate en toda regla con la tercera parte de cuantía”.
Advirtió, que ahora tendrá que elegir “entre la reforma laboral o los viernes electorales”. Por de pronto, adelantó que no respaldará el recorte del 10% de la PAC, con 600 millones de euros menos al año.