El encarcelamiento del rapero Pablo Hasél sigue provocando reacciones en el entorno político y ahora es el turno de Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida. El también ministro de Consumo del Gobierno al que critica ha señalado que la entrada en prisión del rapero Pablo Hasél “es un síntoma de una anomalía democrática grave”.
Así se ha manifestado telemáticamente en una intervención en la reunión de la Coordinadora Federal de su formación. En opinión de Garzón, Hasél es alguien que “banaliza la violencia, que no tiene convicciones democráticas homologables a las del siglo XXI y a las de IU”. Por ello, sostuvo, “no se le debe convertir nunca en un ídolo”.
“En una democracia asentada que aspira a ser plena no puede prevalecer esa consideración sobre los gustos frente a la libertad de expresión”, defendió. Esa libertad “debe prevalecer sobre ese tipo de manifestaciones inoportunas, sin gusto o abominables desde un punto de vista moral”, añadió.
En ese sentido, afirmó que “lo que se está vulnerando en los últimos días con una sentencia que encarcela a una persona por unos tuits que puso en internet es preocupante, porque es un síntoma de una lectura cada vez más reaccionaria de nuestros derechos y libertades”.
Es al hilo de ello cuando Garzón ha dicho que esas leyes que consideran delito “elementos absolutamente anacrónicos como el de injurias a la corona o el de ofensa a los sentimientos religiosos, nunca han sido usados tanto como ahora para coartar la libertad de expresión”.
Ni en los peores años del terrorismo, abundó, “se produjeron interpretaciones y lecturas tan reaccionarias de los derechos civiles”. De ahí que Unidas Podemos haya pedido el indulto de Hasél e insistió en la defensa “de alguien cuya libertad de expresión debe prevalecer”.
Garzón olvida que Hasél entra en prisión por reincidente y no por sus letras
Conviene recordar al ministro Garzón que el rapero catalán ha entrado en prisión para cumplir una condena por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona.
Pero es que no es la primera condena que debería haber cumplido y no cumplió. De hecho ha sido condenado en otras tres ocasiones y no precisamente por ejercer su libertad de expresión, como allanamiento.
En alguna anterior ocasión no entró en prisión, además de porque las condenas eran bajas, porque se le puso la condición, que no cumplió, de que no delinquiera en un determinado periodo de tiempo.
Este rapero antisistema simplemente no cumple nada que no sea su propia voluntad sin respeto alguno a cualquiera que no sea él. No es por las letras de odio de sus ‘canciones’ por lo que entra en prisión.
Lo hace por reiteración delictiva, como lo hacen otros muchos, lamentablemente, en un país con un sistema judicial, afortunadamente, garantista.
Este violento rapero antisistema sencillamente se aprovecha de ello. Eso, pese a que su propia ‘ideología’ desprecia el sistema gracias al cual ha estado en la calle hasta el miércoles. Defenderlo es hacer un flaco favor a esa democracia “mejorable” a la que atacó Pablo Iglesias. En lo que sí coincidimos es en que “no se le debe convertir nunca en un ídolo”.
«Anomalía democrática grave» es que este inútil, vago e incompetente siga viviendo de la Ciudadanía. Que trabaje en algo útil para la Sociedad y que coma y respire de su ……esfuerzo, por fin.