SOS a Burkina Faso

SOS a Burkina Faso

Se trata de una “emergencia humanitaria sin precedentes”.
Tras su visita a Burkina Faso, Ursula Mueller, vicesecretaria general de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, ha pedido a la comunidad internacional más fondos para afrontar esta “emergencia humanitaria sin precedentes” en el país africano. “Miles de personas siguen huyendo a causa de la persistente inseguridad. Debemos estar a su lado, dando cobijo, agua, comida y atención médica adecuada y suficiente”, señaló. Además, destacó que la ayuda entregada por las autoridades y los actores humanitarios no es suficiente.

También ha pedido a los actores implicados que “respeten la neutralidad de los trabajadores humanitarios”, así como que “hagan todo lo posible para garantizar la protección de las comunidades”. Durante su visita, Mueller ha tenido encuentros con desplazados y comunidades afectadas, así como con Roch Marc Christian Kaboré, presidente de Burkina Faso, y otros altos cargos del Gobierno.

Según la ONU, hay más de 100.000 desplazados debido a la violencia, de los cuales la mitad son de estos dos primeros meses de 2019. Además 150.000 niños se han quedado sin escolarizar y hay alrededor de 120.000 personas sin acceso a servicios médicos. También, se advierte que hay en torno a 670.000 personas en riesgo de inseguridad alimentaria, de los cuales, 130.000 son niños que podrían sufrir desnutrición aguda a lo largo de este año.

Hélène Marie Laurence Ilboudo Marchal, ministra de Acción Humanitaria del pais africano, ha señalado que “nuestro objetivo común es salvaguardar la dignidad y la protección de las poblaciones afectadas, y estamos decididos y comprometidos a lograrlo. Pido a todos los socios técnicos y financieros, al sector privado y a la sociedad civil que nos apoye a la hora de aplicar el plan de respuesta de emergencia”.

Tanto la comunidad humanitaria como el Gobierno han pedido recaudar cien millones de dólares para poder entregar ayuda a cerca de 900.000 personas que se encuentran en las zonas más afectadas por la crisis. “Mientras trabajamos para aliviar el sufrimiento, buscamos también vías para reducir las actuales necesidades humanitarias. Nuestros esfuerzos deben mirar más allá de la actual emergencia humanitaria y hacer frente de manera sostenible a las causas de la crisis”, ha indicado Metsi Makhetha, coordinadora residente de la ONU para Burkina Faso. “Las comunidades afectadas no solo deben ser capaces de recuperar su sustento, si no tener la oportunidad de prosperar y construir un futuro mejor para ellas y sus hijos”, ha remarcado.

En los últimos años, y en especial en los últimos meses, la actividad de grupos yihadistas ha ido creciendo en Burkina Faso, donde actúa un grupo terrorista autóctono, Ansarul Islam, así como el Grupo para el Apoyo del Islam y los Musulmanes, que concentra a otras cuatro organizaciones terroristas, y Estado Islámico en el Gran Sáhara. Según datos de cinta africa center for strategic studies, los ataques han pasado de tres en 2015, a doce en 2016, 29 en 2017 y 137 en 2018. A ello se une el enfrentamiento entre pastores y agricultores, provocándose el desplazamiento de miles de personas.

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