“Sistemas judiciales comparados”, por Pedro Molina Alcántara.

Pedro Molina Alcántara.

Al hilo de que, tanto en España como en USA, sus respectivos poderes judiciales están dando mucho que hablar; quiero apartarme un poco de lo que puramente se refiere a la campaña electoral -lo último que he sabido es que nuestro amigo Trump dice que son idiotas Fauci, el epidemiólogo de la Casa Blanca, y su equipo- y centrarme en la composición de la Corte Suprema de los Estados Unidos, cúspide de su Poder Judicial Federal.

Actualmente, se encuentra en proceso de confirmación por el Senado la jueza conservadora Amy Coney Barrett, tras ser nominada por el presidente Trump. Ya me he referido en otras ocasiones a este hecho, pero ahora quiero hacer hincapié en lo injusto que es el procedimiento a mi modo de ver: cuando se genera una vacante en el Supremo, el presidente nomina -a dedo- a una persona como candidata y el Senado confirma por mayoría absoluta. Por cierto, el Senado de los Estados Unidos es una cámara legislativa compuesta por cien senadores, dos por cada Estado, es decir, que aunque haya Estados que tengan casi cuarenta millones de habitantes como California y otros como Wyoming apenas superan el medio millón; todos los Estados poseen dos senadores.

En conclusión, es muy difícil hallar un sistema judicial óptimo y ecuánime, yo le invito a usted, lector, lectora, a que investigue y saque sus propias conclusiones. En Estados Unidos no existe un órgano de gobierno de la judicatura como el Consejo General del Poder Judicial español, que yo considero bueno para España, pero no creo que deba actuar con plenos poderes cuando su mandato está ya caducado.

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