Una vez transcurridos tres años y ocho meses de la condena, podrá pedir libertad condicional.
Seis años de cárcel es lo que le ha impuesto un tribunal de Australia al pederasta George Pell, cardenal, por llevar a cabo agresiones sexuales contra dos menores del coro en una catedral de Melbourne.
Según ha trasladado la cadena de televisión australiana ABC News, el cardenal, una vez transcurridos tres años y ocho meses de su condena, podrá pedir la libertad condicional.
Peter Kidd, juez principal del caso, ha considerado como un “ataque sexual descarado y forzado contra las víctimas”, los hechos llevados a cabo por Pell contra los dos menores del coro de la catedral de San Patricio.
“Los actos fueron sexualmente gráficos, ambas víctimas estaban visiblemente angustiadas durante la ofensa”, ha apuntado. “Hubo una clara relación de confianza con las víctimas y usted rompió esa confianza y abusó de su posición para facilitar esta ofensa”, ha subrayado.
El juez ha señalado que el abuso del cardenal, de 77 años, fue de un “impacto significativo y duradero” para uno de los menores al que se hizo referencia como “J”.
“J ha experimentado una serie de emociones negativas con las que ha luchado durante muchos años desde que ocurrió la ofensa. Lo ha tenido difícil debido a los problemas de confianza y ansiedad”, ha añadido.
La otra víctima del cardenal Pell, identificado como “R”, falleció en 2014 debido a una sobredosis de heroína y jamás dijo nada acerca de los abusos sufridos. El padre de la víctima ha manifestado su frustración por la sentencia que recae sobre el cardenal por medio de una declaración de Lisa Flynn, su abogada.
“Nuestro cliente está decepcionado con la corta condena y ha expresado su tristeza por lo que cree que es inadecuado para el crimen”, ha manifestado la letrada.
El cardenal condenado, además responsable de las finanzas de la Santa Sede y ex asesor del Pontífice Francisco, fue considerado culpable de cinco delitos sexuales cometidos hace más de veinte años contra menores de 13 años. Un máximo de diez años de prisión suponían los delitos cometidos.
De este modo, el cardenal Pell es el clérigo católico condenado por abusos sexuales más importante del mundo. Él, a su vez, se había declarado inocente de los cinco cargos.