No habrá Brexit duro, de momento

No habrá Brexit duro, de momento

El Parlamento británico rechazó por solo cuatro votos una salida abrupta de la Unión Europea.
Reino Unido se jugaba ayer buena parte de su futuro al asomarse peligrosamente a un Brexit duro si los parlamentarios británicos hubieran optado mayoritariamente por una salida abrupta de la UE. Pero no fue así porque 312 diputados se conjuraron frente a 308 que votaban a favor de una retirada sin acuerdo.

Cuatro votos de diferencia que abrían la posibilidad de, hoy, autorizar al Gobierno de Theresa May, primera ministra, pedir a la Comisión Europea la extensión del artículo 50 y retrasar la salida definitiva, no sin antes tratar de lograr un acuerdo ventajoso. Un empeño difícil de lograr, toda vez que Jean-Claude Juncker, presidente del Ejecutivo del bloque comunitario, advirtiera hace dos días que no habrá “una tercera oportunidad”, a pesar de lo cual Westminster volvió a rechazar el acuerdo original de la premier junto con el anexo que firmó con Juncker.

Este jueves, los parlamentarios británicos se pronunciarán acerca de la propuesta de May de solicitar una prórroga que ha cuantificado hasta el 30 de junio, siempre y cuando se apruebe su propuesta de acuerdo el próximo miércoles. De no ser así, su compromiso es pedir un aplazamiento más largo, se establece en la moción aprobada ayer.

Con todo, ésta precisa que el Parlamento “toma nota de que una salida sin acuerdo sigue siendo la opción por defecto en la legislación del Reino Unido y la UE a no ser que esta Cámara y la UE ratifiquen un acuerdo”. Por tanto, la ley mantiene todavía la fecha del 29 marzo para ejecutar el divorcio.

En su intervención, visiblemente irritada, la primera ministra ha recordado que una extensión del Brexit supondrá participar en las elecciones europeas de mayo y que la única forma de impedir una salida sin acuerdo es que se apruebe uno o se cancele la retirada. En consecuencia, sin apenas voz, puso en la retina de los parlamentarios los distintos escenarios que conllevaría una prórroga por encima de los tres meses.

“Podríamos salir con este acuerdo, con el acuerdo sometido a un segundo referéndum que podría arriesgar el Brexit. Podríamos buscar negociar otro acuerdo, pero la Unión Europea ha sido clara en que el único acuerdo es este”, señaló, para, con apenas un hilo de voz, remachar: “La Cámara tiene que aceptar las consecuencias de las decisiones que ha tomado”.

El próximo miércoles, a tan solo nueve días de la fecha límite, May confía en lograr que su texto salga adelante a última hora, siempre que los diputados conservadores euroescépticos y sus socios unionistas del DUP terminen por aceptarlo con tal de esquivar las otras opciones enmarcadas en un aplazamiento indefinido: elecciones y segundo referéndum.

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