La elección no ha sido pactada con el PSOE, que tacha al nuevo fiscal de conservador.
Siguiendo la línea de situar en la cúpula fiscal a un magistrado de lo Penal, el Gobierno ha elegido a Julián Sánchez Melgar, magistrado del Tribunal Supremo, como nuevo Fiscal General del Estado, sustituyendo al fallecido José Manuel Maza. Tanto para Rafael Catalá, ministro de Justicia, como para Íñigo Méndez de Vigo, portavoz del Gobierno, Sánchez Melgar tiene méritos suficientes para ser aceptado por todos, Consejo General del Poder Judicial y grupos políticos, además ser continuidad en la labor de su antecesor: “Las querellas que se presentaron contra miembros del Gobierno catalán fueron decisión de la institución qué es la Fiscalía General del Estado y esas marcaban las líneas de la Fiscalía sin perjuicio de las acciones que se puedan tomar”.
Sin consenso político
A juicio de Catalá y de Méndez de Vigo, no hay razón alguna para consensuar la elección y nombramiento del Fiscal General del Estado puesto que es “una competencia del Gobierno” y nunca se ha hecho, asegurando que su experiencia y su prestigio ‘seguro que van a ser tenidos en cuenta” por la oposición.
Por su parte, el PSOE, a través de Adriana Lastra, en declaraciones en Cuatro, ha criticado el nombramiento, que considera político, porque, dice, “responde a los intereses del Gobierno”. “Es más de lo mismo, un fiscal conservador que nombra un gobierno conservador”.