La neutralidad de Ucrania, si la guerra con Rusia acaba, sigue estando sobre la mesa de las negociaciones entre las delegaciones de ambos países.
Entre mensajes cruzados de los portavoces de Moscú y Kiev, Vladimir Medinsky, jefe de la delegación rusa, vuelve a plantear ese compromiso de neutralidad.
Un modelo que siguen Suecia y Austria, que no tienen bases extranjeras en sus territorios, aunque tengan Ejército y sean miembros de la Unión Europea.
Además, Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, lo valida, confirmando que esa opción se ha planteado y está sobre la mesa. Para Moscú representaría “un cierto compromiso” por parte del Gobierno de Ucrania.
Ante los medios, Medinsky señaló que Rusia quiere una Ucrania que sea un país “pacífico, neutral y amistoso”. De hecho, explicó que ya accedió mantenerse neutral tras el desmantelamiento de la Unión Soviética y renunció a convertirse en potencia nuclear.
Ha sido, continuó, con el acercamiento de Ucrania a la OTAN cuando el país que preside Voldimir Zelenski quiso romperla, según informan agencias rusas.
Por su lado, Mijailo Podoliak, principal asesor de la Presidencia ucraniana, descarta el “modelo” sueco o austriaco. “Ucrania está en un estado de guerra directa con Rusia. Por tanto, sólo puede haber un modelo ucraniano”, ha dicho en redes sociales.
Además, reclama por escrito, “verificadas legalmente”, “garantías de seguridad” para el país. De ese modo, los firmantes dejarán claro cuál es su papel y que “no se quedarán al margen” si hay nuevos ataques.
El planteamiento de Ucrania es que, si llega el caso, el país tendría asegurado el envío inmediato de armas o la creación de una zona de exclusión aérea.
Hace unos días, Igor Zhovkva, jefe adjunto de la Presidencia de Ucrania, ya manifestó la disposición de Ucrania a la neutralidad. Eso sí, siempre y cuando haya “firmes garantías de seguridad” para el país. “Para que estas terribles guerras, esta terrible agresión, no se repita en el futuro”, sentenció.