Lo que para el común de los mortales resultaría incomprensible, para los científicos hay una explicación. Es lo que sucede con que la segunda dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech. Si se administra más tarde, hasta las 12 semanas después de la primera, el resultado es mejor que si se pone a su debido tiempo.
Lo que ocurre es que, si se retrasa la puesta de esa segunda dosis, el número de anticuerpos se triplica, nada más y nada menos. Es lo que han descubierto investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) junto a especialistas del Public Health England.
Eso sí. No le pasa a todo el mundo. De momento se sabe que en los mayores de 80 años. Ese es el universo en el que se ha llevado a cabo un estudio, que analizó a 175 personas mayores de esa edad.
Es la primera vez que se comparaba la eficacia de esta vacuna del intervalo de tres semanas entre la administración de ambas dosis con una separación de 12 semanas.
Así, dicha investigación ha demostrado que retrasar la administración de la segunda dosis en hasta 12 semanas incrementa en 3,5 la respuesta de anticuerpos.
“Esta es la primera vez que se estudian las respuestas celulares y de anticuerpos cuando se administra la segunda dosis después de un intervalo prolongado. Nuestro estudio demuestra que las respuestas máximas de anticuerpos después de la segunda vacuna de Pfizer mejoran notablemente en las personas mayores cuando se retrasa hasta 12 semanas”, señalan los expertos.
En opinión de ellos, estos resultados podrían ser “importantes” a la hora de ir desarrollando la estrategia de vacunación. Esto es porque ampliar el intervalo entre ambas dosis en las personas mayores podría hacer disminuir “potencialmente” la necesidad de vacunas de refuerzo.
Cabe recordar que hace unos días la compañía farmacéutica apuntó que sería recomendable administrar una tercera dosis nueve meses después de la segunda. Es más, incluso habría que vacunarse una cuarta vez transcurrido un año desde esa última inoculación a modo de recuerdo.