La demanda interna es suficiente para mantener la producción.
En una reunión que mantuvo Antonio Lorenzo, director financiero de la petrolera, con varios analistas financieros manifestó su tranquilidad en que Repsol continuará con su actual nivel de producción de petróleo haya o no sanciones por parte de Estados Unidos.
Según indican desde Banco Sabadell a El Economista, “aún en el caso de que (las sanciones) se trasladen a otros países de Europa, y Venezuela no pueda exportar crudo, la demanda interna es suficiente para mantener la producción en niveles actuales”. La petrolera no prevé contextos pesimistas y confía en que la crisis se resuelva tarde o temprano y tener un papel importante en la recuperación del país caribeño.
Ahora, tiene un cash flow neutral en Venezuela y el capital que se emplea se mantiene en 795 millones de euros, cuando anteriormente era de más de 2.000 millones, y que ha ido reduciendo en los últimos años con el fin de afrontar los riesgos del país. Además, su cotización continuaba al alza la semana pasada, todo ello a pesar de los problemas suscitados en Venezuela, después de la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino.
Desde que en 1993 Repsol aterrizara en Venezuela para desarrollar el negocio de exploración mediante diversos proyectos en todo el territorio venezolano, gestiona varios activos de crudo y gas en fase de desarrollo y producción. Esto ha permitido adquirir una amplia experiencia en crudo mediano, crudo liviano, gas asociado y no asociado. Son los casos del gas offshore en el Campo Perla, los proyectos de crudo en Petrocarabobo y la exploración y explotación de hidrocarburos gaseosos en el bloque Quiriquire.
Así, se reafirma en su estrategia de nuevas inversiones con el horizonte 2020 vinculadas a los requisitos de rentabilidad marcados por la compañía. La petrolera mantiene la previsión que ya avanzó acerca de los resultados de 2018, con un EBITDA ajustado de 7.500 millones de euros y superando el dato de consenso de 7.200 millones. Ciudad financiera neta al final de 2018 alcanzará los 3.500 millones de euros, coincidiendo, de este modo, con lo estimado por el Sabadell tanto por el pago de Viesgo como por el anticipo de impuestos.
La entrada en vigor de la nueva normativa IMO en enero de 2020, y también para 2019, tendrá un impacto positivo según la petrolera. En el segundo semestre de este año esperan empezar a descontar la cercanía de esta nueva norma. Esta exige que se utilicen carburantes más limpios para la navegación marítima.
A todo ello se une que Repsol confía en concentrar este ejercicio las paradas de mantenimiento propias del año y las de 2020. Estas llevarían la utilización a niveles de 85-90% en 2019, mientras que se esperaba el 94,2% en el cuarto trimestre de este año, y volver a la plena utilización en 2020. Con ello, se produciría un impacto en resultados de alrededor del 3% a nivel consolidado.