Se escuda en la bajada del desempleo.
Durante la sesión de control al Gobierno celebrada ayer, Mariano Rajoy calificó de “muy razonable” su primer año de gobierno en la actual legislatura, refugiándose en la reducción del desempleo en el último año: 600.000 desempleados menos. El Ejecutivo ha presentado 14 proyectos de ley, nueve de los cuales corresponden a iniciativas europeas y, de las otras cinco, dos son la actualización del Concierto y el Cupo vasco, frente a 44 vetos del gobierno a proyectos legislativos registrados por la oposición, con la excusa de que el presupuesto se dispararía y no se podrían cumplir los objetivos de déficit.
Precisamente, respecto a la escasa iniciativa legislativa del Gobierno, Margarita Robles, portavoz parlamentaria del PSOE, acusó al Ejecutivo de comportarse “con la soberbia de la mayoría absoluta”, denunciando: “No solo no hacen, sino que no dejan hacer oposición”, demostrando que no se han preocupado de atender las consecuencias de la crisis, que ha hecho mayor la brecha de desigualdad, deteriorado la Seguridad Social, reducida la capacidad adquisitiva de pensionistas y de que España es el país con la segunda mayor tasa de paro de Europa.
El Presidente del Gobierno, en cambio, hace un balance bien distinto, apoyándose en que el paro se ha reducido, pero también en que la economía española crece por encima del 3%, que se ha recuperado el total del PIB perdido en el transcurso de la crisis, que las exportaciones están en máximos históricos y que se han batido récords de llegadas de turistas, así como que se está reduciendo el déficit público y empieza a recortarse la deuda pública. Rajoy dice que las condiciones de vida en las familias han mejorado, que se está reduciendo el riesgo de pobreza y de exclusión social, que las prestaciones por dependencia están en “máximos históricos”, el abandono escolar se está reduciendo y se ha hecho frente a la amenaza a la unidad territorial, esto último con el apoyo del PSOE.