Fue encontrado en medio de la maleza en la isla de Marajo.
A muchos kilómetros de su hábitat natural, se ha encontrado el cadáver de una ballena de diez toneladas y diez metros de largo, en la selva del Amazonas. Se intenta averiguar cómo llegó hasta allí. Se han desplazado hasta la zona un grupo de biólogos brasileños, una zona con mucha vegetación y alejada del océano. El hallazgo se produjo en la isla de Marajo, en la desembocadura del Amazonas, frente a la playa de Araruna, según ha informado Quo.
Para poder aclarar el misterio, los biólogos trabajan en varias hipótesis, aunque la que adquiere más fuerza es que la ballena murió en el mar y, como consecuencia a la fuerza de las mareas altas, fue arrastrada tierra adentro. Tras inspeccionar los restos, los científicos consideran que pertenecen a una cría de doce meses. La ONG Bicho D’Agua Institute, han trasladado a través de su cuenta de Facebook que la ballena tras ser arrastrada hasta la tierra por las olas, se enredó en los manglares del Amazonas.
Por parte de The Maritime Herald se sospecha que pudo morir por tragar plásticos marinos. También es extraño que hubiese una ballena jorobada en la costa brasileña en el mes de febrero, hecho que no es nada común. Cuando se inundan los ríos de agua dulce, a lo largo del verano del Amazonas, estas ballenas jorobadas oriundas de la zona ya deberían encontrarse a más de 6.000 kilómetros en dirección a sus zonas de alimentación en los océanos de verano en la Antártida, llenos de kirill. No se descarta que la madre de la cría muriese durante la migración.