“Por una nueva ética política V”, por César García Cimadevilla.

César García Cimadevilla caricaturizado.

Entre matemáticas y valores ando perdidito. Las matemáticas nunca fueron mi fuerte y los valores están bien para pensar, pero a la hora de llevarlos a la práctica, sobre todo en política, es como intentar la cuadratura del círculo sin más noción de matemáticas que sumar uno y uno. Pero me temo que algo habrá que hacer para que cuando se celebran unas elecciones no tengamos que pasarnos meses esperando que “algunos” políticos se pongan de acuerdo. Imagino que se podría cambiar la ley de alguna manera para que hubiera segundas vueltas o acabara gobernando el partido más votado si tras tediosas investiduras y el transcurso de un tiempo prudencial no se llega a un acuerdo de mínimos. Porque lo que es poner de acuerdo al cuadrado de la xenofobia, racismo, la mujer con la pata quebrada y en casita, los emigrantes están bien donde están, muriéndose de hambre o no, los proletarios no tienen motivo para quejarse porque tienen trabajos temporales a mansalva y contratos, uno por día, si así lo quieren, poner de acuerdo ese cuadrado –y espero que no se ofendan los que mantienen esas posiciones, si es que alguno las mantiene, que puede que esté equivocado- con el círculo de la igualdad, hasta donde nos dejen, todos somos hermanos pero si nos juntamos en el mismo sitio no cabemos, ya es hora de que las mujeres sean por fin iguales, que ya nos está costando, incluso a sabios como Aristóteles, que creía que las mujeres no tenían alma, y los proletarios deberían tener un contrato fijo para que puedan pensar en la familia y en el futuro mientras llegan los robots, como les decía, poner de acuerdo estos valores contradictorios es un imposible, la cuadratura del círculo. No se esfuercen, señores, que yo lo he intentado, me he roto la cabeza y no he conseguido cuadrar un círculo o “circular” un cuadrado si no es haciendo trampa.

­La esencia de la democracia es el voto y si los ciudadanos votan de acuerdo a sus ideas, ideologías, necesidades básicas o menos básicas, o simplemente por venganza, para que luego los políticos se rompan la cabeza con las coaliciones, no queda otra que saber mucho de matemáticas y poco de valores y principios, porque con ellos no se llega muy lejos en política, porque cuadrar el círculo no está al alcance ni de un Einstein ni sería posible en el universo cuántico, aunque a lo mejor me equivoco y es el único lugar donde esto sería posible. Y no me sirve esto del trapicheo de tantas poltronas por tantos votos, ni mucho menos de todas las poltronas por un voto, que eso ya es muy descarado. Aquí hay que hacer algo y quiero a todas las cabezas pensantes pensando, porque o llegamos a un acuerdo en los valores y principios o aquí el círculo no hay quien lo cuadre, salvo que ocurra en el acelerador de partículas de Ginebra, que entonces me quito el sombrero y muestro mi calva a todo el mundo.

Zapi está dormidito, ya no dice ni miau. Debe de estar aburrido como una ostra, siempre en su concha. Aunque a veces le veo mover la orejita. Los gatos se lo deben de estar pasando pipa con los conflictos humanos, si les importaran algo, aunque bien que se acercan y maúllan cuando tienen hambre y saben que el pienso lo ponemos los humanos. Y es que la ley de la selva es muy dura, incluso para los gatos.

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