A Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales y dirigente de Podemos, no le gustan las fusiones bancarias. Al menos, eso es lo que ha quedado claro después de que en Twitter advirtiera que la fusión entre Bankia y Caixabank es “preocupante para la economía española”.
Dice Álvarez, a través de un hilo en Twitter, que la última crisis se saldó “con una importante concentración bancaria”. A su juicio, “la oligopolización” del sector financiero no es una buena noticia para la “competencia del mercado”, ni para la propia “estabilidad del sector financiero”.
En esta línea, el dirigente de la formación morada ha hecho una advertencia. “Las fusiones bancarias, suelen tener importantes implicaciones sobre las plantillas laborales de las empresas”, avisa.
En su opinión, no es éste precisamente un buen momento para “posibles despidos” de trabajadores, en un contexto de alto desempleo, ha añadido.
Bien al contrario, Álvarez considera que la modernización del tejido productivo español requiere desarrollar una “banca pública eficiente”, como por ejemplo tiene “Alemania”.
Desde su punto de vista, Bankia “puede ser el embrión para ello, y por tanto el Estado no debe abandonar su participación en el capital, nacionalizando la entidad”.
“El Estado invirtió 24.000 millones en sanear Bankia y por tanto debe proteger a los contribuyentes, que rescataron con sus impuestos la entidad”, ha afirmado.
Considera que las ayudas públicas deben servir para “atender necesidades económicas generales, y no para mejorar la rentabilidad de otras entidades”.
La fusión bancaria entre Caixabank y Bankia, tercera y cuarta entidad por tamaño del sector financiero español, daría origen a un grupo con activos por importe de 650.000 millones de euros.
Entre ambas, disponen de unas 6.600 sucursales (4.400 la entidad de catalana y más de 2.200 la rescatada madrileña). En cuanto a la plantilla, rondaría los 51.000 empleados.