Había cierta expectación por la reunión de los obispos españoles en el Vaticano convocados por el papa Francisco este martes.
En cierto modo, se esperaba que el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica abordara el asunto de los abusos a menores en España.
Sin embargo, se trataron temas relacionados con los seminarios. Ni una palabra ni reproche a los purpurados sobre los casos de pederastia.
A ese respecto, el cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española, lo ha dejado claro. “Ha sido un diálogo cordial y no un tirón de orejas”, resumió.
Así, el Papa había convocado a todos los obispos españoles, incluso a los que ya no están en activo. Una llamada insólita por el alto número de prelados, más de 80.
Además, hace apenas un mes del informe de Ángel Gabilondo, Defensor del Pueblo, calculando que el 1,13% de los españoles mayores de edad desveló que sufrió abusos en el ámbito religioso.
En cambio, nada. La convocatoria del pleno de la Conferencia Episcopal hacía intuir que se abordaría el asunto, por la polémica suscitada por el informe de Gabilondo.
Es cierto que el surcoreano Lazzaro You Heung-sik,, prefecto del ‘ministerio’ vaticano convocó la cita para tratar sobre los seminarios en España.
Pese a que el citado estudio revelaba, además, que un 0,6% de los españoles desveló que sacerdotes o religiosos abusaron de ellos.
No obstante, la Conferencia Episcopal Española ha desvinculado la cita en el Vaticano, a pesar del ‘despliegue’, del resultado de la investigación.
También era excepcional la convocatoria del Papa porque no es habitual que se reúna a todos los miembros de un episcopado. La excepción es la visita ad limina cada cinco años.
Cabe recordar que los abusos a menores en el ámbito eclesiástico sí llevó a reuniones parecidas en Irlanda en 2010 y en Chile en 2018. En este último caso, supuso la dimisión de todos los purpurados chilenos.
El papa Francisco dicta el levantamiento del secreto en caso de pederastia