Por apropiarse de fondos asignados al servicio de inteligencia e influir en procesos electorales.
En la vista, retransmitida en directo por las televisiones, un Tribunal de Seúl ha declarado culpable a la ex presidente surcoreana, Park Geun-hye, que ya está cumpliendo una pena de 24 años de cárcel por corrupción debido al escándalo de su confidente, provocando que fuera destituida como presidente por el Parlamento.
A unos 2,49 millones de euros (3.300 millones de wons) asciende la multa que le ha impuesto la Corte. La petición de la Fiscalía era de 15 años de prisión. Park se ha negado a comparecer en la vista por considerarlo un proceso “motivado políticamente”.
La imputación de los fiscales viene de enero de 2018, incluyendo cargos de soborno, malversación y la pérdida de fondos estatales por haber aceptado ilegalmente 3.500 millones de wons procedentes del Servicio Nacional de Inteligencia entre el periodo que va de mayo de 2013 a septiembre de 2016.
Injerencias en los procesos electorales internos
También había sido imputada por injerencias en las elecciones internas de su partido, Saenuri, para la elección de los candidatos que participarían en las elecciones de 2016. El Tribunal la ha absuelto de los cargos de soborno ya que considera que los fondos recibidos del Servicio Nacional de Inteligencia no corresponden al pago de favores.
Según la Corte, el hecho de que la agencia de espionaje proporcionara fondos a la presidencia surcoreana para sus propias arcas se había convertido en una práctica habitual, desde que se conoció el fondo de actividades especiales no rastreables.
Asuntos privados como el mantenimiento de su vivienda en Seúl, facturas de teléfonos secretos que usaba para comunicarse con Chií Soon Sil y tratamientos médicos, es en lo que a Park se le acusa de gastar parte de los fondos.
Esta sentencia va en el mismo sentido que otro proceso contra tres antiguos colaboradores de Park, también imputados por su implicación en un asunto de soborno al servicio de inteligencia.