Ortega culpa a los obispos de ser golpistas en Nicaragua

Ortega culpa a los obispos de ser golpistas en Nicaragua

Los prelados actuaban como mediadores en el diálogo.
“Me dolió que mis señores obispos tuvieran esa actitud de golpista”. Así se expresó Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, durante la manifestación a su favor en Managua. Hacía referencia a la actitud de los obispos que actuaron como mediadores durante los tres meses de protestas antigubernamentales que, según las organizaciones locales de la sociedad civil, han dejado más de 350 muertos, aunque la cifra que ha contabilizado la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos sea de 277 fallecidos.
“Ellos se descalificaron como mediadores, como testigos, porque su mensaje claro fue el golpe”, abundó Ortega. “Hemos enfrentado una conspiración armada y financiada por fuerzas internas que todos conocemos y por fuerzas externas que totalmente identificamos”, dijo el presidente nicaragüense señalando a Estados Unidos. Desde el oficialismo se considera a los manifestantes opositores como unos “vándalos” y “terroristas” pagados por otros países para derrocar al Gobierno, insistió.

Ataques también en redes sociales
Ortega también recriminó las opiniones de la oposición en Internet. “Ellos dicen en las redes sociales que van a matar al padre, a la madre, hasta a los niños tiernos los van a asesinar, dicen. ¡Qué cosa es eso! Eso es propio de secta satánica. Por favor queridos obispos, exorcicen a esos demonios”.
Los opositores, por su parte, dicen que el Gobierno controla todos los poderes del Estado y critican la brutal represión ejercida por fuerzas policiales y grupos de civiles progubernamentales armados. Una oposición que ha levantado barricadas y bloqueos en calles y carreteras.

Daños a la economía y el desarrollo
Las revueltas, dicen algunos, han dañado seriamente a la economía de Nicaragua, un país con gran desarrollo y muchos inversores que llevaron trabajo a muchos nicaragüenses y estabilidad para las familias, pero que se ha visto seriamente afectado, y muchos trabajadores ni tan siquiera podían salir de sus casas cuando se sacaron los tanques a la calle.
Otros de los manifestantes del pasado jueves en apoyo a Ortega defienden la legitimidad del gobierno y muestran su completo respaldo a este. “Aquí estamos para producir la tierra, tener amigos y paz. No al odio, no a la intervención y no a la violencia”, se escuchaba entre ellos, así cómo crece y se afianza el sentimiento de que Washington ha financiado ese intento de golpe de Estado, que no solo pretendía derrocar al Gobierno sino acabar con todo el sandinismo.

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