Desde que comenzó la invasión en Ucrania por parte de Rusia el 24 de febrero, el número de refugiados ucranianos no ha parado de crecer.
Aunque últimamente el ritmo se ha frenado, cada día siguen cruzando la frontera ucraniana miles de ellos huyendo de la guerra.
De hecho, según estimaciones del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la cifra podría llegar a 8,3 millones.
Por ello, ha hecho un llamamiento de “ayuda urgente” para los desplazados y las comunidades de acogida en los países limítrofes.
Así, Shabia Mantoo, portavoz de ACNUR, ha pedido en una rueda de prensa un mayor respaldo en materia financiera a la agencia de la ONU.
Con ello se pretende afrontar la crisis humanitaria y ayudar a los países vecinos que acogen “de forma generosa” a los refugiados.
Asimismo, precisó que hacen falta 1.730 millones de euros para ayudar al altísimo número de refugiados ucranianos que estima que abandonarán Ucrania.
Se desplazarán, sobre todo, a Polonia, Moldavia, Rumanía, Hungría y Eslovaquia. Pero también a Bielorrusia, República Checa y Bulgaria.
Así lo ha trasladado ACNUR con el lanzamiento de su Plan de Respuesta Regional para los Refugiados de Ucrania.
No sólo el número de refugiados ucranianos es alto, también el de desplazados internos
Dicho plan se lanzó, explica Mantoo, “ante los continuos enfrentamientos, la destrucción y el desplazamiento a nivel interno. Hasta el momento, la guerra ha provocado la movilización de más de 12,7 millones de personas en los últimos dos meses”.
Asimismo, señaló, de ellos, “cinco millones han huido a través de las fronteras del país y 7,7 millones se encuentran internamente desplazados”.
Además, alerta de que casi 13 millones de personas están atrapadas en zonas afectadas al no poder abandonarlas por el peligro que conlleva.
“El sufrimiento provocado por esta guerra es pasmoso. Se han destruido familias, viviendas e infraestructuras”, lamenta.
“El trauma de la guerra golpea a todos aquellos que se han visto obligados a abandonar sus casas, incluidas mujeres y niños, que representan el 90 por ciento de aquellos que se han marchado”, detalla.
Con todo, los países vecinos han abierto sus fronteras y “les han dado la bienvenida”. “Es reseñable y muestra de qué es capaz la sociedad en su conjunto”, apuntó.
Así las cosas, el plan se centra en “sectores clave como la protección, la seguridad alimentaria, la salud y la nutrición, la educación”.
Asimismo en “las necesidades básicas, el agua, el saneamiento y la higiene, los medios de vida y la resiliencia, así como la energía, el medio ambiente y la logística”.
Para concluir, Mantoo aseguró que “hasta que termine la guerra, las necesidades humanitarias seguirán creciendo y el desplazamiento no cesará”.