Nadia Calviño, candidata a presidir el Eurogrupo

Nadia Calviño, candidata a presidir el Eurogrupo

Hoy se ha hecho oficial la candidatura de Nadia Calviño, la vicepresidente tercera de Asuntos Económicos y Transformación Digital, a la presidencia del Eurogrupo. Así lo confirmó en la mañana de ayer el Gobierno.

El Eurogrupo es un órgano clave para la cooperación entre los miembros de la zona euro y construir una Europa “más fuerte y unida”. Deja el cargo el portugués Mário Centeno.

El nuevo o nueva presidente del Eurogrupo tendrá que enfrentarse a la crisis económica derivada de la epidemia del coronavirus. Hasta las 18:00 de esta tarde podrán presentarse otras candidaturas. Nadia Calviño tendrá que ‘enfrentarse’ a Pierre Gramegna, ministro liberal de Finanzas de Luxemburgo.

Gramegna se postuló para el cargo en 2017, como también lo hizo Luis de Guindos, ex ministro de Economía que ahora vice preside el Banco Central Europeo (BCE). Entonces, no presentó su candidatura por las mayores opciones de otros nombres.

Otro candidato es Pascale Donohoe, ministro conservador de Irlanda. Ya se han hecho oficiales sus candidaturas. El Eurogrupo comunicará la lista de candidatos que pujaron por el puesto en la reunión prevista el 9 de julio.

Al haber más de una candidatura se llevará a cabo una votación, que se repetiría, hasta que uno de los candidatos consiga el respaldo de al menos diez de los diecinueve ministros del Eurogrupo.

En una primera instancia, si ninguna candidatura consigue esa cifra, se eliminará la que menos respaldos haya congregado. Así, sucesivamente hasta que sólo queden dos y una se imponga sobre la otra opción.

Su primera reunión oficial sería el 11 de septiembre en Berlín

El ganador o ganadora estrenará su cargo en la reunión del Eurogrupo del 11 de septiembre en Berlín. Será así salvo que se convoque un encuentro extraordinario en algún momento de agosto. Ostentará el puesto durante dos años y medio.

Nadia Calviño podría contar ya con el respaldo de Alemania, Francia e Italia. No obstante, ninguno de sus respectivos gobiernos ha expresado ese apoyo públicamente. En España, todos los partidos de la oposición están de acuerdo con la designación de la vicepresidente tercera como candidata. La consideran el rostro más ortodoxo en el plano económico del Ejecutivo de coalición.

De ser elegida, sería un hecho sin precedentes y en la línea de que una mujer ocupe cargos de máxima responsabilidad en la Unión Europea. No carece de importancia que la Comisión Europea esté presidida por Ursula von der Leyen, o que Christine Lagarde presida el BCE.

Ya sólo quedaría que la presidencia del Consejo Europeo recaiga en una mujer, pero para ello habrá que esperar hasta mediados de 2022. Desde diciembre de 2019 el belga Charles Michel ostenta el puesto.

Nadia Calviño compatibilizará la vicepresidencia tercera con la presidencia del Eurogrupo

La candidata española compatibilizaría ambos cargos, la vicepresidencia tercera en España y la presidencia del Eurogrupo. Eso impediría que defendiera con vehemencia los intereses españoles. En cambio, también sería un contrapeso a las posiciones más radicales en el seno del Gobierno de coalición.

Con todo y con eso, “la reputación de Calviño es irreprochable”, afirman fuentes comunitarias, y “tiene un perfil muy pronunciado”. No en vano, la candidata ha pasado ocho años en las instituciones europeas, algo que sirve como aval a su candidatura.

También, sus contactos en Bruselas y el hecho de ejercer como contrapeso frente a Podemos. A ello hay que añadir que es de suponer que la presidencia del Eurogrupo vuelva a recaer en un país del sur y socialdemócrata, aunque Calviño no esté afiliada al PSOE.

Juega en contra de la candidatura de Nadia Calviño que España será una las economías más afectadas por la crisis. Esto, justo, cuando las reuniones del Eurogrupo girarán en su mayoría en torno a la respuesta europea a los efectos de la epidemia.

Tampoco favorecerán las declaraciones de la vicepresidente tercera, en 2018, en relación al pequeño tamaño y el porcentaje de voto de los países de la Nueva Liga Hanseática. Ésta está formada por países considerados económicamente ortodoxos: Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Finlandia, Holanda, Irlanda, Letonia, Lituania y República Checa.

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