El Gobierno que preside Giorgia Meloni en Italia ha sorprendido al anunciar un impuesto del 40% a los beneficios extraordinarios de la banca.
La recaudación se destinará a ayudas a los hipotecados y a rebajar la carga fiscal de los italianos.
De esta forma, el nuevo tributo se aplicará a los beneficios extraordinarios de los bancos que hayan ganado un 6% más que en 2022.
Matteo Salvini, vicepresidente del Gobierno italiano, ha sido el encargado de anunciar el nuevo tributo. “El Consejo de Ministros aprobó una regla de equidad social que es un gravamen sobre las ganancias bancarias extra en 2023”, señaló.
A ese respecto, el también ministro de Transportes e Infraestructuras explicó el destino de la los ingresos procedentes del nuevo impuesto. Es decir, ayudas a las primeras hipotecas de vivienda y recortes de tributos.
De este modo, el Ejecutivo de Meloni sigue los pasos de países como España o Francia, además de las recomendaciones de la propia Comisión Europea.
Un tributo que en nuestro país, junto al de las grandes energéticas y los envases de plástico, ha supuesto ya unos ingresos de 1.596 millones de euros entre enero y abril.
Así, Salvini defendió este impuesto extraordinario a la banca porque la subida de los tipos de interés representa un incremento del coste del dinero a familias y empresas.
Sin embargo, dijo, “no ha habido una subida igual de rápida, diligente y significativa en cuanto a los consumidores que tienen depósitos en cuentas corrientes”.
No obstante, el ministro italiano no entró a valorar el montante que se recaudará con el nuevo tributo.
Pese a ello, indicó que “basta mirar el primer semestre de 2023 de los bancos”. Así se entiende que no se habla de un puñado de millones, sino de varios miles de millones.
Tras la rueda de prensa, Salvini ha publicado en X –antes Twitter– un mensaje precisando más sobre el nuevo impuesto.
Se pretende “utilizar parte de las millonarias ganancias de los bancos para ayudar a las familias y empresas afectadas por la subida de tipos”, escribió.