Los relatos de Aina. “Miradas”, por Aina Rotger.

Aina Rotger Carlón.

Baila raro, se mueve desacompasado, se siente extraño y alienígena en medio de la pista, hasta que vuelve a la silla y empieza a observar, y en ese mirar encuentra su sitio. Ve cuerpos agiles, torpes, voluptuosos, rancios, desmelenados, apasionados, y así escoge una postura en la vida, como cuando de pequeño observaba los movimientos de su madre en la cocina y coleccionaba esos momentos, y cada vez se siente más cómodo desde ese punto de vista y no lo abandona, ve a sus amigos coquetear y ligar y él los observa curioso, hasta que les pide observar su intimidad y algunos acceden y el se demora en esas miradas lascivas. Pero un día aparece una chica que le gusta en la pista, y es incapaz de levantarse de la silla e invitarla a bailar, y ella se escapa alejándose y el pierde la mirada en el infinito cuando desaparece pero ha sido incapaz de levantarse de la silla para hablar con ella, solo la ha observado guardando todos los detalles en su memoria, y entonces aborrece su mirada y anhela la acción que el mismo se niega, pero le puede su condición de observador y se ve abocado a mirar en la distancia, impotente, desconsolado.

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