Las enfermedades que provoca la pobreza en el mundo

Triquinosis, nutrición y caries destacan entre ellas.
El entorno de la pobreza actúa como un elemento que predispone para que se desarrollen enfermedades cada vez más frecuentes, a lo que se une que las dificultades de acceso a la atención sanitaria, como el nivel educativo o las variables culturales hacen que los cuadros clínicos se prolonguen en el tiempo, se agraven y los tratamientos lleguen tarde.
Las afecciones gastrointestinales son las más abundantes, y están asociadas a la higiene general y de los alimentos, Unido a la ausencia del lavado de manos o las dificultades para conservarlos. Son habituales los cuadros de diarrea, vómitos, parasitosis, triquinosis, botulismo e intoxicaciones alimentarias. Según indica Gonzalo Vera Bello, jefe del Departamento de Epidemiología de la provincia de Mendoza, “muchos tienen agua que no es potable, es de pozo, y cuando no hay luz no pueden sacarla y la trasladan en baldes”. A ello se une, que hay quienes revuelven la basura para ver qué pueden encontrar, cogiendo alimentos que pueden estar caducados. “No hay manera de preservar el frío de los alimentos. Algunos tienen heladera (nevera) pero de telgopor y ahí conservan lo de varias familias y mezclan cosas como yogur y carnes”.

Infecciones y enfermedades respiratorias
Las infecciones son de diversa índole y muy habituales en este segmento social de pobreza. Un deficiente desecho de excretas, así como las basuras en el entorno de allá donde no hay recogida municipal, incide de manera definitiva en las contaminaciones y las infecciones, no solo en sí mismo, sino porque en los vertederos suele haber roedores que transmiten enfermedades. “Los roedores son reservorios de triquinosis. Las crías se alimentan de lo que hay y por ahí se lo comen, está infectado y lo transmiten a los seres humanos”, advierte Vera Bello. Según el médico, puede aparecer la hepatitis A y también es muy habitual la pediculosis.
Habitar viviendas con suelos de tierra, que cuando llueve se vuelven barro, techos de nylon que filtran frío y humedad, así como braseros para calentar pero que secan el ambiente, son caldo de cultivo para la aparición de enfermedades respiratorias, a lo que se suma que, si la alimentación es deficiente, el sistema queda inmunodeprimido. A eso se añade la alta incidencia del tabaquismo, que puede llegar a provocar una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), manifestándose en una bronquitis crónica o, en el peor de los casos, en un enfisema pulmonar. Sí a eso se une la dificultad para acceder a las consultas médicas, el cuadro se agrava y pueden aparecer casos como el virus sincicial respiratorio.

Malnutrición y enfermedades cardiovasculares
Al tratarse de hogares con pocos recursos económicos, se consumen muchos hidratos de carbono, que son más baratos, y se accede poco a carnes y lácteos, por lo que se pueden encontrar casos de obesidad en niños, pero anémicos. A ello se añaden también cuestiones culturales o el hecho de no saber cocinar o no tener acceso para hacerlo, por lo que se suelen preferir productos, como fiambres, en vez de verduras.
Las enfermedades cardiovasculares se asocian a los malos hábitos de vida, en especial en varones: “un hombre de 50 años con hipertensión no viene porque no quiere o está trabajando, y termina con enfermedades cardiovasculares o ACV”, afirma Vanessa prieto, que trabaja en el Centro de Salud número 20 del barrio 26 de enero de Guaymallén.

Enfermedades odontológicas
Es habitual que aparezcan enfermedades odontológicas, como las caries, ya que no hay mucho cuidado de la salud bucal entre las poblaciones pobres, bien por falta de acceso, bien por cuestiones culturales, ya que hay mucho temor a la atención odontológica, por lo que es común que lleguen a las consultas con el abceso o, directamente, para extracción.

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