“La España forzada al destierro”, por Carmen Vicente Muñumer.

Carmen Vicente.

Siempre he dicho bien alto y con orgullo que soy de pueblo. Nunca me he avergonzado de nacer, vivir y querer morir en mi pueblo (no tengo… No tenemos por qué); porque el hecho de vivir en una ciudad no te hace ni más inteligente ni mejor persona, y el de vivir en un pueblo no debería suponer ser menos ciudadano.

En las pasadas elecciones hemos escuchado, por parte de los principales partidos políticos, toda clase de apoyo verbal hacia la problemática de la llamada España Vaciada. Hemos llegado a ver hasta políticos montados en un tractor, (que probablemente no habían visto de cerca en su vida), para escenificar un apoyo rural que, después de ejercer el derecho al voto y repartidos los escaños, no se ve reflejado en ninguna exigencia para llegar a ningún acuerdo de gobierno. Y ya no digamos la amnesia con respecto al ámbito rural que tendrán después… Todo es puro teatro para rascarnos el voto. Esta es nuestra pura y cruda realidad.

Los medios de comunicación hablan de este problema sólo cuando lo hacen sus partidos políticos de turno… Unos políticos que, voy a ser clara, no tienen ni idea de nuestro problema, y lo que es peor: no tienen ningún interés por saberlo. Así que nos encontramos como aquellos desahuciados de los que en su día tanto se hablaba, con la diferencia de que a nosotros se nos quiere expulsar de nuestros pueblos, nuestro entorno, nuestra forma de vida y sustento. Se puede decir que esta “dejadez” institucional, es un exterminio rural del que nadie quiere hablar seriamente. Pero claro, ¿qué se puede esperar de personas sin ningún atisbo de interés por acercarse al problema en nuestros pueblos, cuando ellos mismos nos lo empeoran?

Muchos servicios desaparecen, o se dan de forma precaria. Un ejemplo de tantos es el de San Esteban de Patos con 33 habitantes, a tan solo 15km de Ávila, disponen de un médico cada quince días y el pan cada tres. Este tipo de situaciones se dan en todas las comunidades (unas más que otras).

La falta o deficiencia en el suministro eléctrico, el cierre de oficinas bancarias (con la mayoría de municipios sin ni siquiera un cajero automático), potabilidad del agua que, a veces es de insalubridad, debido a la inexistencia de alcantarillado… Parece mentira pero es así, gentes que no tienen agua en sus pueblos. Tal es el caso de Ochando, un pequeño pueblo de Segovia, que está desde 2014 sin agua en sus casas. ¿Se imaginan ustedes sin agua en sus casas un año tras otro? Todas las semanas, desde el2014, se les reparte durante media hora, un día a la semana, el agua para sus próximos siete días. Y si no pueden estar esa media hora de reparto, se quedan sin agua toda esa semana. ¿Creen ustedes que se puede tener en estas condiciones a 40 personas, en su mayoría ancianos, en pleno siglo 21?

Son servicios básicos necesarios para vivir el día a día, que poco a poco se nos van quitando, o jamás se les ha instaurado. Esto, hace a su vez que nadie apueste por invertir o asentarse en nuestros pueblos.

La España Vaciada también se entiende con datos…

Según Eurostat, la densidad de España se sitúa en 92 personas por kilómetro cuadrado, casi la mitad que la media de la UE. Y en el caso de Castilla y León es sangrante, donde cae hasta en 26’1 personas por kilómetro cuadrado.

Existen 402 pueblos donde el 50% de su población supera los 65 años. De estos pueblos 261 se encuentran en Castilla y León. Tenemos en este país1108 pueblos en los que no vive un solo niño de entre 0 y 4 años.

La mayor parte de estos pueblos castigados por la despoblación se reparten en Castilla y León (donde existen 168 localidades sin ningún joven de entre 0 a 19 años), Castilla la Mancha (con 69) seguido de Aragón (47).

Según los expertos en demografía, los territorios con menos de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado se consideran áreas en riesgo de despoblación, habiendo unos 4375 municipios que están por debajo de esos 12,5. Esto supone más de dos millones y medio de habitantes. Ahora ya vamos entendiendo la pantomima de “apoyar” la lucha contra la despoblación exclusivamente en elecciones, ¿no?

¿Y después? Después se les ocurren ideas tan brillantes como quitarnos nuestras consultas médicas. Bonita forma de luchar contra la España Vaciada.

Cuando Francisco Igea nos suelta que “dar servicios a los pequeños municipios no me parece razonable”, ¿tiene pensado también eliminar, a estas poblaciones, la parte proporcional de los impuestos con los que pagan dichos servicios? Por supuesto que no, eso ya es harina de otro costal, ¿verdad, señor Igea?

Y esto lo dice el vicepresidente de Castilla y León, la comunidad que más habitantes ha perdido en el último año, más de 10000. En los últimos diez años fueron 125000.

La guinda ha sido, en cuestión sanitaria, la de dejar abiertos solo algunos consultorios médicos de referencia, con lo cual los ciudadanos de muchísimos municipios, deberán desplazarse a otras poblaciones para realizar su consulta. No puedo ni quiero imaginarme a los ancianos de estos pueblos, yendo de aquí para allá, enfermos, toda una mañana fuera de su casa, porque además muchos de estos ancianos son dependientes, entonces me pregunto: ¿quién estará toda la mañana al cuidado de ellos, y sus necesidades, sin sus cuidadoras?

Nos encontramos desamparados administrativamente, y solos para afrontar las dificultades que nos colocan en frente, como un muro que se nos quisieran construir para separarnos de esa otra ciudadanía. Y a pesar de ello, nos negamos a dejar de luchar. Intentamos hacer una vida lo más normalizada posible, dentro de estos muros que se empeñan en seguir armando a nuestro alrededor.

Un ejemplo es Hornillos de Eresma con 166habitantes, cuya alcaldesa Coral López, una mujer guerrera donde las haya y que jamás calla (afortunadamente), lucha cuanto puede para que sus vecinos se sientan útiles y valiosos, dentro de estas ataduras. Y he de reconocer que tengo envidia sana de sus gentes. No hace mucho pudimos disfrutar de su fiesta de otoño, fiesta que organizan y preparan los propios vecinos/as del pueblo, y de lo cual deben sentirse orgullosos.

Como nos comentó su teniente alcalde Beatriz Martín: “nuestros vecinos hacen pueblo”. Con ella pudimos ver su amplia biblioteca, que gracias a donaciones han podido crear. Y es que cuando los de arriba no se ocupan de sus necesidades, los de abajo deben batallar por conseguir satisfacer a su gente.

¿Por qué esta desigualdad entre personas en este país? cuando nosotros también pagamos impuestos, como en las ciudades y grandes municipios. Proporcionamos materia prima (fruta, carne, leche…). Me gustaría saber de dónde sacarían nuestros políticos el trigo para el pan que comen a diario, del Paseo de la Castellana lo dudo.

Dejarnos vivir en inferiores condiciones, es quitarnos nuestro derecho a tener una vida tan digna como cualquier otra persona de la ciudad. Al menos en lo que concierne a servicios básicos. Trátennos como lo que somos: seres humanos. No como despojos que se puedan dejar olvidados en un monte, como si fuéramos piedras del camino.

Como dije al principio, hemos oído y visto toda clase de apoyo al mundo rural, por parte de muchos políticos, ofreciéndonos su mano para buscar soluciones. Pero la realidad que vemos día a día, año tras año es otra bien distinta, que a mí me lleva a creer lo siguiente de lo que ellos en verdad piensan: “da igual si me has votado, da igual si tus necesidades como ciudadano te son cubiertas o no, ME DAS IGUAL”.

Probablemente les adolezcan más nuestros votos que nuestras vidas.

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