Fue una noche triste para los socialistas madrileños. El PSOE de Madrid ha perdido la Comunidad de Madrid y con ello las posibilidades de Ángel Gabilondo de gobernar una región necesitada de cambio.
En ese sentido, el PSOE obtiene 37 escaños. Junto a la suma de los 20 diputados de Más Madrid y las 7 actas de Podemos, dan a la izquierda una insuficiente suma de 64 asientos. A pesar de los primeros resultados que parecían invitar al optimismo, la izquierda madrileña pierde la oportunidad de cambiar la orientación política de la región madrileña.
Fue en 1995 cuando el presidente Joaquín Leguina abandonaba la presidencia de la Comunidad de Madrid en un momento en el que, según sus propias palabras, «caían roldanes de punta». Efectivamente, la corrupción y la crisis económica había provocado un hundimiento general de los socialistas en toda España llevándose por delante el dominio socialista en la comunidad madrileña.
Veinticuatro años después, las políticas progresistas han tratado de volver infructuosamente a una región castigada por un conservadurismo que se caracterizó durante muchos de sus años por la corrupción y la impunidad más flagrante.
La suma de los 30 diputados del PP, 26 de Ciudadanos y 12 de VOX, conceden a estos una mayoría suficiente como para que continúe en manos de una derecha esta vez radicalizada por los diputados de Abascal.