Entre tres y seis años deberán pasar los indultados del procés sin cometer delitos graves, es decir, los penados con más de cinco años de cárcel. El Consejo de Ministros aprobó este martes los indultos para nueve de los presos del procés.
Sin embargo, establece un periodo de seguridad que condiciona el perdón. En concreto, para Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Josep Rull y Jordi Turull, el periodo será de 6 años.
Por su parte, se impone un tiempo de 5 años sin cometer delitos graves a Jordi Cuixart y a Jordi Sànchez. Asimismo, los periodos de seguridad de Raül Romeva y Carme Forcadell se fijan en 4 años, y para Dolors Bassa, tres años.
Por tanto, los indultados por el Gobierno deberán no volver a delinquir durante esos periodos establecidos si no quieren que se invaliden sus indultos.
Esta medida de gracia supone la extinción total de las penas que les quedan por cumplir por sedición y malversación. No obstante, las condenas de inhabilitación quedan intactas puesto que se ha indultado por penas, no por delitos.
Ahora, los indultos se incluirán en un Real Decreto que firmará el Rey. Después se publicará en el Boletín Oficial del Estado, tras lo cual el resto del procedimiento pasará al Tribunal Supremo, como sentenciador. Será el encargado de la excarcelación.
En ese sentido, María Jesús Montero, ministra portavoz del Ejecutivo, ha señalado que el rey Felipe VI “no tiene intervención política” en el proceso. Su papel es meramente institucional.
De este modo respondía de nuevo a las “desafortunadas” palabras de Isabel Díaz Ayuso en la Plaza de Colón. Hizo hincapié en que el monarca no tiene responsabilidad política alguna en este asunto.
Por último, no se ha indultado a Meritxell Borrás, Santi Vila y Carles Mundó, condenados por desobediencia. Fuentes del Gobierno explican que el Supremo ya ha dado por extinguida la responsabilidad penal. Han cumplido el periodo de inhabilitación y han pagado las multas impuestas.
Esas mismas fuentes han querido dejar claro que la concesión de los indultos no pone en cuestión el fallo del Supremo. Es más, remarcan que la sentencia es “inamovible”.