Un grupo de militares del ejército de Mali ha protagonizado un Golpe de Estado y ha forzado la dimisión de Ibrahim Boubacar Keita, presidente del país, quien llevaba en el poder desde 2013.
En un comunicado emitido en la mañan de ayer, Keita, aseguraba que se “plegaba” a la decisión tomada por el Ejercito para evitar “derramamientos de sangre”.
Los militares reivindican que han actuado “para garantizar la continuidad del país” y aseguran que su objetivo es la “estabilidad y la paz”.
Los golpistas han impuesto un toque de queda nocturno y el cierre de fronteras del país, de manera indefinida. Así ha informado el coronel mayor Ismael Wage, portavoz de los militares sublevados, en una declaración esta misma mañana.
El Coronel ha anunciado, también, la creación de un Comité de Salvación del Pueblo para llevar al país hacia unas elecciones “en un plazo razonable”. De este modo, “restaurar la estabilidad”.
El portavoz de los golpistas esta convencido de que el Golpe de Estado es la mejor solución para “crear mejores condiciones políticas que conduzcan a una elecciones generales creíbles”. Wage ha afirmado que la “tensión política y social, mina la buena marcha del país. Subrayó que la “contestación” nacida de las pasadas elecciones “muestra con suficiencia que el país va mal”.
El Golpe de Estado en Mali se produce tras semanas de grave crisis política después de los resultados electorales de marzo. Asimismo, por la inseguridad provocada por acciones de grupos yihadistas de Al Qaeda y Estado Islámico. También, por la violencia interna.
Por su lado, la oposición, aglutinada en torno al influyente imán Mahmud Dicko, junto a los enfrentamientos policiales con el Movimiento 5 de junio, que se saldó con una decena de muertos, hace pocas fechas, ha reafirmado la decisión del ejército de intervenir.
Los Estados del entorno de Mali reclaman el regreso del presidente Keita
Sin embargo, la reacción al Golpe de Estado en Mali a nivel regional e internacional, ha sido de rechazo. Así, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) ya ha anunciado la “suspensión” de Mali. Exige la “liberación” de Keita y del resto de ministros detenidos.
Esta Comunidad ha cerrado sus fronteras tanto aéreas como terrestres con Mali y ha pedido la adopción inmediata de sanciones “contra los golpistas, y sus socios y colaboradores”. Además, ha acordado el envió de una “delegación de alto nivel” para garantizar “el retorno inmediato del orden constitucional”.
De igual manera se ha pronunciado el G5 Sahel, alianza regional de la que Mali forma parte junto con Mauritania, Níger, Chad, y Burkina Faso. Destinado a la lucha antiterrorista, también ha condenado el golpe y reclamando la libertad para el presidente Keita.
Los golpistas han pedido a las organizaciones regionales que no abandonen a Mali y han considerado como “socios” a las fuerzas internacionales desplegadas en las misiones de la ONU y la misión Barkhane de Francia, para la restauración de la seguridad y la estabilidad.