Un simple movimiento con la mano puede salvar vidas o, al menos, evitar más agresiones hacia una mujer, especialmente: el gesto de socorro por violencia machista.
Es por lo que el pasado 11 de noviembre hizo una mujer en la sala de espera de una clínica de Barcelona. Ella iba acompañada por un hombre, su pareja, e hizo el gesto de socorro internacional.
El personal del centro médico lo reconoció y avisó a los Mossos d’Esquadra, que detuvieron al supuesto agresor, un hombre de 64 años. Antes de la detención, los agentes entrevistaron por separado a ambos.
Según el relato de la mujer, era víctima de “insultos, de menosprecios continuados e incluso de algún empujón”. De ahí que se sintiera “asustada”.
Los Mossos detuvieron al hombre bajo la acusación de presuntos malos tratos y ya ha pasado a disposición judicial.
Por otro lado, este mismo gesto hizo posible hace unos días que se rescatara a una niña de 16 años en Kentucky (Estados Unidos). AL parecer, un hombre de 61 años la secuestró.
En este caso, la adolescente hizo el gesto desde el coche en el que iba con su secuestrador y un conductor se percató de él, avisando a la policía.
Concretamente, el gesto consiste en levantar la mano y mostrar la palma de la mano con el pulgar extendido. Luego, se dobla el pulgar sobre la palma y se bajan los demás dedos sobre él.
De este modo, se puede avisar de que se está sufriendo violencia machista sin necesidad de hacerlo verbalmente, lo que podría poner en peligro a la víctima.