La situación en la frontera de Polonia con Bielorrusia sigue sin avances, por lo que la Unión Europea ha pedido que la ONU intervenga y condene su actuación. Este martes, las Fuerzas de Seguridad polacas tuvieron que dispersar a numerosos migrantes con cañones de agua.
En una entrevista en TVE, Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, ha acusado al régimen de Alexander Lukashenko de lanzar a los migrantes como “proyectiles vivos” contra la frontera del bloque comunitario.
La comunidad internacional, señaló, “debería condenar” estas actuaciones porque pueden generalizarse. Al tiempo, avisó de que no es la primera vez que “se empuja” a la gente hacia una frontera.
Por tanto, al margen de las medidas que adopte la Unión Europea, pidió a Naciones Unidas una intervención condenando a Bielorrusia.
Según apuntó, en la frontera se está llevando a cabo una agresión “de tipo híbrido”. “No es una guerra, pero tampoco es la paz”, sostuvo, para añadir que se utiliza cualquier cosa para utilizarla como un arma.
En ese sentido, el jefe de la diplomacia europea aseguró que, cuando los que los lanzan lo hacen “a conciencia”, se entra en una dinámica que requiere una condena de la ONU.
Además acusó al Gobierno de Lukashenko de ir a buscar a los migrantes en algunos casos a miles de kilómetros.
No obstante, admitió que todos saben cómo funciona Naciones Unidas. Probablemente, dijo, se producirán vetos en el Consejo de Seguridad por parte de los “amigos de Bielorrusia”, en una velada alusión a Rusia.
Por otro lado, también lanzó la acusación de que Bielorrusia “engaña” a los migrantes, asegurándoles que tienen el camino abierto hacia la UE. “Hemos tenido que entrar en contacto con muchos países para decirles que paren [vuelos] y dejen de engañar a la gente”, aseveró.
Pese a ello, reconoció que se ha conseguido detener mucho el flujo de personas, pero no en todos los casos. “Hay gente que paga mucho dinero porque creen que llegando a Minsk les llevarán a la frontera y por ahí podrán pasar a Europa. Los que lo hacen saben que no es así y les ponen en una situación imposible”, lamentó.