Fuentes de la Unión Europea señalan a Rusia como la responsable de alentar los altercados en Cataluña

Fuentes de la Unión Europea señalan a Rusia como la responsable de alentar los altercados en Cataluña

La historia se repite y no parece que se aprenda de ella. Como sucediera en el 1-O y la celebración del referéndum ilegal, las redes sociales, todas ellas, fueron intoxicadas con informaciones procedentes de Rusia y amplificadas desde Venezuela. Ahora, con los altercados en Cataluña tras la sentencia del Tribunal Supremo, según nos informan fuentes desde Bruselas.

El discurso de los políticos y de las instituciones ha perdido todo el peso mediático que antes detentaban y otros actores han ocupado su lugar. Son mucho más difíciles de seguir y controlar, por lo que la repercusión y el daño que infringen son mayores y complicados de frenar.

Mediante el análisis y la medición del big data, fuentes de la Unión Europea apuntan a medios prorrusos como los alentadores de los graves disturbios, algo de lo que se han servido organizaciones como Tsunami Democràtic.

El sistema, aunque complejo es a su vez sencillo. Como ocurriera en las presidenciales de Estados Unidos en 2016 o en el referéndum del Brexit, y repetido el procedimiento el 1-O, ahora, como entonces, se han introducido disruptores digitales, siguiendo un patrón elaborado con objetivos bien definidos.

Siempre según las versión de las fuentes de las que procede la información, los medios prorrusos, entre los que podrían figurar RT y Sputnik, otra vez, han lanzado noticias que alientan las movilizaciones, compartiéndolas de forma masiva, provocando con ello que la disrupción entre de lleno en los top de conversaciones digitales.

Para ello, se sirven de cuentas zombis, las propias cuentas de los medios, perfiles falsos o automatizados y la amplificación de otros países con interés, no en favorecer al independentismo catalán, sino en subvertir el orden democrático en España.

Igualmente, el uso de bots, un elemento clave. Se crean noticias completamente inventadas, o con enfoques partidistas, o recocinadas para adaptarlas al momento. Luego se difunden en algún foro y redes sociales. Ahí es cuando intervienen los robots, con cuentas falsas que automáticamente y a ritmo vertiginoso, empiezan a compartirlas. Con ello consiguen que los algoritmos digitales les otorguen lugares destacados de audiencia.

Consiguen así anular el discurso de los políticos y que el suyo se convierta en dominante después de un esfuerzo consciente, coordinado y tendencioso por parte del origen de las fake y de las noticias, aun ciertas en parte, que resultan sesgadas.

Los gobiernos democráticos deberán repensarse esta estrategia e investigar, además de poner los medios para monitorizar y dar respuesta eficaz a las dirupciones de regímenes extranjeros.

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