A pesar de que la vida le puso a prueba nada más nacer, Antonio Granados Valdés caminó por la historia de España dejando páginas escritas de lucha y compromiso.
Militante socialista, poeta, crítico y pintor, Granados ha fallecido esta semana dejando tras de sí 102 años de sabiduría y dignidad.
Nacido en Nerva, el 11 de diciembre de 1917, hombre humilde, supo desde muy temprana edad que se vida estaba hecha para el compromiso. Sus pasiones fueron la cultura, el dibujo y la lectura. Durante muchos años de su vida, estuvo acudiendo al café Gijón de Madrid, donde mantenía reuniones con poetas y pintores, haciéndose un hueco entre las tertulias de los intelectuales madrileños.
Empezó a militar en Juventudes Socialistas con apenas 14 años. Su compromiso político iría a más, llegando a estar condenado a muerte durante la Guerra Civil. Antes, en octubre de 1934 fue el responsable de la organización de la huelga en Nerva, ya que detuvieron al resto de dirigentes socialistas. No dejó su actividad, compaginándola con sus pasiones como la pintura.
En 1958, Antonio Granados formó parte del Movimiento Libertad para España que promovió Eduardo Ortega y Gasset. Sumándose, después al PSOE de Caracas, donde residía por entonces puesto que era profesor de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela.
Su regreso a España fue en 1978, siendo crítico de arte, escritor, dibujante y pintor. A su llegada militó en la Agrupación Socialista de Chamberí, trasladándose después a la Agrupación de Chamartín, donde continuaba militando el 2010.
Su obra ha sido cedida al Museo Vázquez Díaz de Nerva y a Cieza, Murcia.
Esta semana fallecía en Madrid con más de 100 años a sus espaldas y entre la soledad que este tiempo de pandemias nos ha mostrado de la cruda realidad. Como contraposición, su poesía, su pintura y toda una vida de compromiso político. Nerva y España, lloran su ausencia.