“La erupción ha terminado”

“La erupción ha terminado”

“La erupción ha terminado” eran las cuatro palabras más esperadas por los habitantes de La Palma desde que el volcán de Cumbre Vieja comenzara a rugir.

Han pasado 85 días y ocho horas desde aquel 19 de setiembre y diez días sin actividad, pese a algunos terremotos no sentidos. Se da, por tanto, por finalizada la erupción, aunque no la emergencia.

La actividad volcánica durante estos casi tres meses ha destruido 1.676 edificaciones, 1.345 de ellas, de uso residencial. Además, según los datos recogidos por el satélite Copernicus, la lava expulsada por el volcán ha cubierto 1.241 hectáreas de terreno. De ella, 370 correspondían a cultivo.

Afortunadamente, no ha habido que lamentar víctima mortal alguna directamente relacionada con la erupción. No obstante, una persona murió por otras razones vinculadas a la ceniza y la toxicidad del aire.

Sin embargo, más de 7.000 residentes tuvieron que abandonar sus viviendas y pertenencias, según el Cabildo de La Palma. 560 de esos desplazados continúan alojados en hoteles. A su vez, a 43 personas dependientes se les atiende en centros sociosanitarios insulares.

Así, Julio Pérez, responsable del operativo y director del Pevolca, ha sido el encargado de comunicar el fin oficial de la erupción de Cumbre Vieja.

Pese a ello, recordó que el plan del Pevolca va a seguir “igual, en semáforo rojo, la emergencia en el mismo nivel”. Precisó que no piensa que la emergencia decaiga durante enero.

“Los gases, las cenizas y el calor” continúan y, por tanto, son los riesgos que persisten. No obstante, si bien no se sabía cuándo acabaría la erupción, sí se sabe que estos riesgos irán también terminando.

Con todo, insistió en que “será otro el ritmo y otras las prioridades pero el plan seguirá activo”. Pérez señaló que es ahora el momento de estudiar el plan de realojo que “tendrá que ser seguro y ordenado, paulatino”.

En ese sentido, anunció que la idea es que en la primera quincena de enero se “puedan acordar algunos realojos”. Asimismo, “intentar ver cómo restablecer algunos servicios esenciales”.

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