Se culmina la ruptura del independentismo a cuenta de la sustitución de los diputados suspendidos.
Quim Torra, presidente de la Generalitat, se queda en minoría después de que ERC y PSC rompieran el bloque independentista al votar juntos en contra de una propuesta de Junts per Catalunya en la Mesa del Parlament.
La pretensión de la formacion de Carles Puigdemont era que siguiera siendo válida la delegación de voto registrada la semana pasada por el ex president, Jordi Turull, Josep Rull y Jordi Sànchez, todos ellos suspendidos por el Tribunal Supremo.
La reunión de la Mesa de la Cámara catalana, que se extendió durante más de hora y media, finalmente se cerró con el voto en contra de Esquerra Republicana y el PSC y la abstención de Ciudadanos.
El informe de los letrados del Parlament era demoledor y advertía de que, si los diputados suspendidos no designaban un sustituto no podrían votar en el pleno y que, de hacerlo, los acuerdos adoptados serían nulos. Oriol Junqueras y Raül Romeva designaron sustitutos la semana pasada, algo a lo que se negaron desde Junts per Catalunya en reiteradas ocasiones.
En el Pleno celebrado ayer, se vivió la primera consecuencia inmediata de la minoría precaria en la que ha quedado el independentismo. Después del acuerdo de la Mesa las formaciones que soportan al Govern se quedan con 62 escaños de 135 y tampoco se puede tener en cuenta el voto de Toni Comín, que tiene interpuesto un recurso. Por tanto, en total 61 votos y aunque la CUP se sumara, obtendrían 65, lejos de los 68 necesarios para la mayoría absoluta.
Varias iniciativas del bloque independentista no salieron en el Pleno de ayer adelante al producirse un empate a 65. Una de ellas era reprobar “la actuación del rey Felipe VI y abolir la monarquía”, que tras el empate no ha fructificado. El Parlament también ha rechazado la reivindicación de autodeterminación de Cataluña.