Desarrollará el suyo propio y competirá con el proyecto de la Unión Europea.
Así lo anunció Theresa May, primera ministra británica, toda vez que en la pretensión de Reino Unido era permanecer formando parte del programa Galileo, pero el bloque comunitario ha decidido excluirlo de los elementos más secretos una vez que se haya producido el Brexit. Esto afectará al ejército británico, que iba a utilizar el programa europeo en paralelo con el GPS estadounidense.
Para ello, el Gobierno de May ya ha reservado 92 millones de libras para explorar las posibilidades de crear y desarrollar su propio sistema de navegación. “No puedo permitir que nuestras Fuerzas Armadas dependan de un sistema en el que no podemos confiar”, ha declarado. “Eso va en contra de nuestros intereses nacionales, y como un agente global que cuenta con ingenieros de primer nivel e importantes aliados en todo el mundo, no nos faltan opciones”, señaló.
Sam Gymah, ministro de Universidades y Ciencia, ha dimitido como consecuencia directa de esta decisión y en protesta por el plan del Brexit del Ejecutivo al que ha calificado de “inocente” puesto que, considera, cualquier acuerdo con Bruselas será poner siempre “primero” a “la UE”. Así lo explicó en el diario The Daily Telegraph, indicando que las negociaciones a este respecto del programa Galileo son “increíblemente frustrantes”, y añadiendo que “son solo un resquicio de lo que está por venir”.