El impagable trabajo de ACNUR en favor de los refugiados rohingya

El impagable trabajo de ACNUR en favor de los refugiados rohingya

Trabaja en la consolidación lecturas esenciales y en colocar estratégicamente artículos de primera necesidad ante posibles inundaciones repentinas.
Desde hace unas semanas, ACNUR, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, viene trabajando para evitar los daños y mejorar la infraestructura en los campamentos de Cox’s Bazar, donde los refugiados rohingya habitan y les dan formación para que sean capaces de responder por sí mismos ante cualquier desastre producido por los monzones y ciclones. Asimismo, trabaja en la consolidación de estructuras esenciales y en la colocación estratégica de artículos de primera necesidad en estos asentamientos.

También, distribuye equipamiento y materiales básicos, hace una evaluación de las zonas de riesgo y elabora protocolos de respuesta para paliar el impacto del viento y las lluvias. Con todo, alerta de que la vida de los refugiados en Cox’s Bazar sigue en riesgo y que miles de familias continúan expuestas a inundaciones repentinas. Según ha indicado un portavoz de la agencia de la ONU en rueda de prensa, “esta situación exige una respuesta humanitaria contundente que se centre en las necesidades tanto de los refugiados como de las comunidades bangladeshíes de acogida”.

De acuerdo con lo expuesto por el portavoz, los esfuerzos de ACNUR se centran en formar y reforzar a largo plazo las capacidades de las comunidades de refugiados, que son las que van a estar en primera línea de respuesta ante cualquier situación. Así, se atiende a la capacidad de éstas para prepararse y responder ante desastres naturales en colaboración con los equipos de terreno de la organización de la ONU y de otros socios humanitarios. Visitan las viviendas para ofrecer información y consejos de seguridad y salud de forma que las familias consigan más recursos para hacer frente a la temporada de lluvias.

Quienes primero respondan cuando empiece el monzón serán los voluntarios de la unidad de seguridad y los trabajadores sanitarios voluntarios de la comunidad, que se encargarán de informar acerca de la prevención ante la propagación de enfermedades. Los grupos comunitarios, por su lado, desempeñarán un papel importante a la hora de provisionar la asistencia prácticas necesaria a las familias que se vean afectadas.

En agosto de 2017, más de 700.000 rohingya huyeron desde el estado de Rajine, en Birmania, hacia el vecino Bangladesh a causa de la campaña militar puesta en marcha por el Gobierno birmano en lo que la ONU llegó a calificar de “limpieza étnica”. Este grupo étnico de confesión musulmana está calificado como la minoría étnica y religiosa más perseguida del mundo, puesto que desde 1982 vienen huyendo de la violencia que el Ejército de Birmania perpetra contra ellos, además de negarles la ciudadanía birmana. Se ha asentado, principalmente, en Bangladesh.

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