Poco después de que Corea del Sur y Estados Unidos comenzaran unas maniobras militares conjuntas, Corea del Norte ha disparado dos misiles desde la costa este. En concreto desde la provincia de Hwanghae Sur, de acuerdo con información del Estado Mayor Conjunto del Ejército surcoreano.
Son los cuartos lanzamientos de este tipo que ha llevado a cabo Corea del Norte en las dos últimas semanas. Las autoridades norcoreanas han expresado su protesta considerando que las maniobras son una violación de los acuerdos alcanzados entre Washington y Pyongyang.
Según la agencia estatal norcoreana de noticias KCNA, Corea del norte “permanece inamovible en su postura de resolver los asuntos a través del diálogo”. No obstante, añaden, se verá empujada “a buscar un nuevo camino, como ya se ha indicado” si Corea del Sur y Estados Unidos siguen con sus “movimientos militares hostiles”.
Pyongyang ya avisó a mediados de julio de que estarían en riesgo las conversaciones con Washington si estadounidenses y surcoreanos llevaban a cabo las maniobras militares.
Un portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos destacó que se llevará a cabo un entrenamiento “rutinario” en otoño, pero, deslizó, estas maniobras se han reducido para no obstaculizar la vía diplomática.
Las que se han iniciado este lunes comenzaron con un ejercicio de simulación por ordenador ante una emergencia en la península de Corea. Después, durante diez días, un se verificarán las capacidades de Corea del Sur para controlar la sala de operaciones.
Por su lado, Donald Trump, presidente estadounidense, ha señalado que los lanzamientos norcoreanos “podrían ser una violación” de dos resoluciones de la ONU, pero “no son una violación” del acuerdo suscrito en Singapur con Kim Jong-un.
Subrayó que “podría estar equivocado, pero creo que el presidente Kim tiene una visión grande y maravillosa para su país y sólo Estados Unidos, conmigo como presidente, puede hacer que esa visión se materialice”. Asimismo, manifestó que espera que el líder norcoreano “haga lo correcto”. “Es demasiado inteligente como para no hacerlo”, indicó. “´Él no quiere decepcionar a su amigo, el presidente Trump”, concluyó.