En protesta por la muerte del periodista Jamal Khashoggi.
Peter Altmaier, ministro de Economía de Alemania, declaró ayer que su Gobierno exige que otros países de la Unión Europea dejen de vender armas a Arabia Saudí en protesta por el asesinato de Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul. Un día antes, Angela Merkel, canciller alemana, había avanzado que su Ejecutivo suspenderá la venta de armamento al país árabe mientras existe incertidumbre alrededor de la muerte del periodista crítico con el régimen.
Hasta el momento, las explicaciones de las autoridades saudíes no son suficientes, según Altmaier: “El Gobierno está de acuerdo en que no aprobaremos más exportaciones de armas por el momento porque queremos saber qué pasó”. Respecto a los contratos ya firmados, el titular de Economía alemán ha señalado que se tomará una decisión “muy pronto”.
Para él es importante que otros países de la Unión Europea suspendan la venta de armas a Riad de forma que aumente la presión sobre el régimen saudí en torno al caso del periodista asesinado. “Sería muy importante que llegáramos a una postura conjunta europea”, ha remarcado Altmaier.
“Solo si todos los países europeos están de acuerdo se logran a causar impresión en el Gobierno en Riad. No tendrá ninguna consecuencia positiva si nosotros paramos las importaciones de armas pero otros países al mismo tiempo llenar ese vacío”, insistió.
Líderes políticos destacados de Alemania instaron en este fin de semana a Joe Kaeser, consejero delegado de Siemens, a que no acuda en esta semana a una conferencia de inversiones en Arabia Saudí.
El Ejecutivo alemán ha aprobado hasta 2018 exportaciones de armas por más de 400 millones de euros con destino al país árabe. Después de Argelia se convertía en el segundo país mayor comprador de armas en Alemania.
Las versiones dadas por las autoridades saudíes han sido varias y contradictorias. Finalmente, reconocieron que Khashoggi murió dentro del consulado de Arabia Saudí en Estambul. Adel al Jubeir, ministro de Exteriores del país árabe afirmó este domingo que la muerte del periodista fue un “grave y enorme error” e intentó desvincular a Mohamed bin Salmán, príncipe heredero, del incidente.